El excanciller y economista Rubén Ramírez Lezcano, expresó que de acuerdo con los análisis que manejan, uno de los problemas concretos que debe resolver el presidente Mario Abdo Benítez y su equipo económico es la “crisis de demanda de consumo”, derivada de tres grandes temores de nuestra sociedad, indicó al programa del diario La Nación, que se emite vía GEN y Universo 970.
Son tres los principales temores de la sociedad, sostiene Ramírez Lezcano. El primer temor que existe para que la gente salga a consumir está vinculado con la exposición de su salud y con el contagio del COVID-19. El segundo temor está relacionado con la falta de infraestructura que, a lo largo de este tiempo, todavía no se produjo y por lo tanto, no hay condiciones de seguridad de que van a ser atendidos en los hospitales.
Y el tercer temor, indica, está relacionado con la crisis económica, con la pérdida de empleo, la disminución del ingreso de las familias. Esto es altamente sustantivo y el empobrecimiento de la sociedad está en aumento, dijo. “Tenemos que trabajar drásticamente sobre la construcción de la demanda”, enfatizó.
“No podemos seguir con remedios ortodoxos”
El excanciller explicó que en un contexto imprevisible deben adoptarse medidas heterodoxas. “No podemos seguir con remedios ortodoxos en un escenario de absoluta imprevisibilidad y de condiciones de gran inestabilidad en la región”, sostuvo.
Acotó que además “es una crisis de confianza que el Gobierno tiene que asumir y tiene que abordarlo porque realmente existe una fatiga social”. De acuerdo con los análisis que manejan, todos los escenarios indican que los cambios gubernamentales tienen que ser ahora.
Reiteró que el nivel de intercambio comercial intramercosur ha disminuido drásticamente incluso antes de la pandemia. Se ve un alto nivel de reprimarización de nuestra economía que se centra exclusivamente en productos agrícolas y pecuarios, argumentó el especialista.
Finalmente, hizo llamado al Gobierno a tener una lectura de la sociedad latinoamericana que se encuentra en una situación de reclamos de cambios sustantivos que permitan mejorar su calidad de vida. Tiene que llamar la atención del presidente para no entrar en tensiones sociales que resultan aún más dañinas para la posibilidad de un desarrollo sostenible en Paraguay, concluyó.