“Parece un gobierno viejo”, fueron las recientes expresiones del senador del Frente Guasu, Hugo Richer, para calificar políticamente los dos años de gestión de Mario Abdo Benítez al frente del Poder Ejecutivo. Lo que inició con mucha fuerza y energía el 15 de agosto del 2018, al asumir el cargo de presidente de la República, se vio rápidamente debilitado tras ir sumando malas decisiones, complementado también por los desaciertos de algunos integrantes de su primer anillo.

“Dilapidó muy rápidamente el buen capital con el que inició”, fue otra de las expresiones del senador opositor que define de manera gráfica el comienzo de la administración actual del Estado paraguayo.

Pero, también hay puntos positivos que son destacables, aunque puestos en una balanza no alcanzarían para nivelarla y mucho menos para inclinarla hacia un lado favorable. La Nación recopila en este artículo las sombras y luces de los 2 años de Abdo Benítez.

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La habilidad poco diplomática se pudo observar antes de cumplirse ya el primer mes de la actual administración, cuando de manera apresurada y sin tener en cuenta las consecuencias decidió dar marcha atrás al reconocimiento de la ciudad de Jerusalén como capital de Israel y el posterior traslado de la embajada paraguaya de nuevo a Tel Aviv.

Esta situación produjo la molestia del gobierno de Benjamin Netanyahu que, alegando un tema presupuestario, retrotrajo también la decisión tomada dos años antes por su gobierno de abrir una embajada en Asunción, trasladándola a Montevideo. En ese entonces, tanto Estados Unidos como Guatemala habían tomado la misma decisión de Paraguay y luego otros países se unieron a la medida, pero en forma de oficina comercial.

Este tipo de medidas suelen ser bastante frecuentes en el mundo diplomático, donde la reciprocidad, buena o mala, es moneda corriente y hasta obligada. Lo que no se puede dudar es que la apresurada decisión, algo no muy recomendable en la diplomacia, produjo una molestia en la nación hebrea, que redujo además la ayuda técnica que recibía Paraguay desde hacía más de 60 años, además de poner en riesgo un importante mercado para la exportación de carne, rubro en el cual Israel figuraba y afortunadamente de nuevo hoy sigue figurando entre los primeros lugares.

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En general, la Cancillería Nacional tuvo una participación con más luces que sombras si consideramos el abierto apoyo a Juan Guaidó durante la crisis en Venezuela, lo que llevó a Paraguay a enarbolar la bandera de la lucha contra la tiranía del gobierno de Nicolás Maduro en los organismos internacionales como la ONU, la OEA, el Grupo de Lima, además del organismo creado para reemplazar a la Unasur, el Prosur.

El establecimiento de las relaciones diplomáticas con Turquía y una recíproca apertura de embajadas en las capitales de ambos países han sido una decisión muy importante y positiva, considerando la estratégica situación turca, país con 80 millones de habitantes, uno de los líderes del mundo islámico en Oriente Medio y que al mismo tiempo forma parte de la OTAN.

Las visitas oficiales del Emir de Catar y de Ivanka Trump, hija del presidente de los Estados Unidos, fueron aspectos resaltantes que le dieron un nuevo enfoque a la política exterior paraguaya. Fue el comienzo de un período de fortalecimiento de las relaciones con Estados Unidos, que sigue vigente aún hoy, a juzgar por la ayuda material y económica que presta el gobierno de Donald Trump a Paraguay para la lucha contra el COVID-19.

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La buena relación con los países de la región, a pesar de la alternancia de los signos políticos en varios de ellos, también se puede considerar como punto positivo en la gestión en relaciones exteriores y que ayudó a tener una mayor interacción a nivel de gobierno para coordinar mejor la acciones a partir de la aparición de los primeros casos de coronavirus en esta parte del mundo.

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En cuanto al manejo de situaciones delicadas, sobre todo lo referente a la incipiente renegociación del Tratado de Itaipú y el descubrimiento de un acuerdo secreto con el gobierno de Bolsonaro por la cuestión energética, sin dudas la calificación sería aplazada.

La crisis tras la aparición del acta secreta arrastró a Hugo Saguier Caballero, de vasta carrera diplomática y embajador paraguayo en el Brasil; al ingeniero Pedro Ferreira, presidente de la Ande en ese entonces, y posteriormente al propio Canciller Luis Alberto Castiglioni, quedando Abdo Benítez al borde de un eventual juicio político por un caso que generó indignación y todo tipo de cuestionamiento de carácter ético, político y técnico de todo el país, pero que con el pasar de las semanas se fue diluyendo.

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El segundo año de gobierno se ha visto fuertemente marcado por la presencia del COVID-19 y todos los estamentos, ya sean políticos, sociales, educativos, religiosos, culturales, deportivos y hasta militares han tenido que, necesariamente, adaptarse de manera rápida a los cambios y a una nueva manera de vivir y de administrar tiempo y recursos.

Si el caso del acuerdo secreto con el Brasil llevaba como estandarte el nombre de “Joselo”, un funcionario de mediano rango, pero con fuertes vínculos con lo más alto del Gobierno, quien inició unas negociaciones tan importantes para el futuro del país, en este segundo año de gobierno, el clan Ferreira, representado por Justo Ferreira y sus hijos Patricia y Marcelo, tomaba la posta cuando se hablaba de los hechos de corrupción detectados en las compras de insumos por parte del Ministerio de Salud para enfrentar la pandemia.

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Toda percepción favorable que pudieron haber generado las oportunas y correctas medidas sanitarias, políticas o de seguridad ciudadana de Mario Abdo Benítez y Julio Mazzoleni, su ministro de Salud, en la frontal lucha contra la pandemia, quedaron hechas trizas ante la opinión pública al no lograr poner en condiciones adecuadas al sistema sanitario durante los tres meses y algo más que se pidió y exigió a la población a mantenerse en cuarentena total dentro de sus hogares, a fin de evitar la propagación del virus originado en la ciudad de Wuhan, en China, mientras se gestionaba un préstamo de 1.600 millones de dólares para lograrlo.

Hoy, el país entero está padeciendo el contagio masivo y el poco preparado sistema de salud ya ha dado muestras de su ineficiencia por la falta de insumos y equipamientos adecuados para enfrentar al virus. El inicio del tercer período del Gobierno de Mario Abdo Benítez llega en el peor momento de la pandemia en Paraguay.

Estos casos de corrupción debilitaron políticamente al gobierno de Abdo Benítez, cuyo Gabinete también se vio envuelto en hechos similares y decisiones poco afortunadas a lo largo de estos dos años que se cumplen este 15 de agosto.

Sin lugar a dudas que el ministro de Agricultura y Ganadería, Rodolfo Friedmann, hoy encabeza la lista de los cuestionados por vínculos con diversos hechos delictivos, como el tráfico de influencias y hechos de corrupción ligados al proyecto de merienda escolar para niños desde su gestión como gobernador del Guairá, además de la poca o nula preparación con la que cuenta Friedmann para estar al frente de una repartición del Estado, de fundamental importancia para un país agroganadero por excelencia.

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Los cambios en el Gabinete se han hecho esperar, lo que genera cierta incomodidad en la opinión pública, que espera una señal positiva del presidente en momentos de incertidumbre económica.

Las malas decisiones en Educación y en Salud, la demora para separar a Patricia Samudio, titular de Petropar, a pesar de las denuncias escandalosas por hechos de corrupción, que ahora han sido llevados a la Justicia, fueron uno de los reclamos unánimes a Abdo Benítez, quien no prestó atención sino cuando el daño ya estaba hecho, situación que actualmente se repite en el Ministerio de Agricultura y Ganadería y también en el de Educación.

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En lo político, Mario Abdo Benítez se mantuvo algo alejado durante su primer año de gestión de la nucleación partidaria que lo colocó como candidato y posterior vencedor de las elecciones de abril del 2018 y prefirió ceder puestos clave de su gobierno a referentes de partidos de la oposición con baja representación popular. Los representantes de Añetete, el movimiento al interior de la ANR del cual forma parte, nunca fueron un soporte real y efectivo para el Ejecutivo dentro del Congreso Nacional.

Quizás sintiendo la necesidad de bajar la temperatura política que luchas internas en el Partido Colorado elevaban, firmó un acuerdo político con Honor Colorado, el grupo liderado por el expresidente Horacio Cartes, para tratar de frenar las tensiones y fortalecer a la importante e influyente nucleación política, sobre todo de cara a las próximas contiendas electorales que se avecinan.

Las negociaciones dieron su fruto y tras varias reuniones nació el movimiento Concordia Colorada, ante el reclamo de líderes de la oposición, quienes ven en este acercamiento entre colorados una valla muy complicada de saltar.

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Un hecho destacado en el ámbito de las obras públicas ha sido la declaración conjunta realizada con el expresidente de Brasil, Michel Temer, para la construcción de dos puentes que unirán las ciudades fronterizas de Presidente Franco, Alto Paraná, con Foz de Yguazú, Brasil, y Carmelo Peralta, Alto Paraguay, con Puerto Murtinho.

En general, este gobierno se dedicó a continuar los trabajos de obras públicas de su antecesor, pero puso en marcha el Corredor Bioceánico, un importante proyecto que permitirá el desplazamiento rápido entre las cosas del océano Atlántico y el Pacífico, como el Chaco como punto central de dicha integración. La consecución del tramo norte de la avenida Costanera y el viaducto frente al Jardín Botánico han permitido tener casi completa una vía de acceso y de salida al centro de Asunción.

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Los hechos violentos que han cobrado la vida de varias personas siguen presentes a pesar de los cambios de nombres y de metodología. La irrupción del violento grupo delincuencial con base en el Brasil, el Primer Comando Capital (PCC), en las regiones fronterizas y también en Asunción, ha generado hechos violentos en varios lugares del país, incluso en las cárceles, en una conjunción de fugas y crímenes.

La fuga de varias decenas de internos, en su mayoría miembros de este grupo criminal, del penal de Pedro Juan Caballero, el sangriento motín en la cárcel de San Pedro, los casos de crímenes dentro de los lugares de reclusión y el sonado caso de Ronaldinho, el detenido más popular en el país, marcaron los hechos en este ámbito.

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Mario Abdo Benítez cumple dos años de gestión este 15 de agosto del 2020, una fecha que siempre ha sido aprovechada para la renovación de nombres cuestionados o no, en muchas carteras ministeriales y en entes de gran importancia, pero algunos de estos cambios llegaron dos días antes en forma de “renuncia”, como lo sucedido en Puertos y en la Ande.

Pero, la gente espera más cambios por parte de Abdo Benítez como señal del compromiso y el apego a la propuesta electoral que lo llevó al sillón presidencial en el Palacio de López.

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