La embajadora de la República de Turquía en Asunción, Armagan Inci Ersoy, en una carta enviada al diario se manifestó con relación a la entrevista a la embajadora de Armenia en Argentina y concurrente en Paraguay, Estera Mbkrtumyan, publicada el pasado 26 de julio del 2020 por este medio.

“Esperamos sinceramente que Armenia cambie su posición y sus políticas maximalistas y ultranacionalistas y pase a formar parte de un Cáucaso próspero, avanzando hacia la paz”, expresa el comunicado.

Primeramente, mencionó sobre las observaciones de la embajadora Mbkrtumyan sobre los recientes acontecimientos en el Cáucaso, así como sobre los ataques verbales contra Turquía. “Pueden describirse como una mera distorsión de los hechos para distraer la atención de la comunidad internacional de su continua ocupación ilegal del territorio azerbaiyano de Nagorno Karbakh y sus regiones adyacentes durante muchos años y bloquear de este modo el acuerdo político”, expresa la nota enviada por la diplomática.

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Por otra parte, sostiene que la embajadora de Armenia ha olvidado que la Carta de las Naciones Unidas establece claramente que la imposición por la fuerza de un cambio de fronteras es un acto de agresión. “La presencia ilegal de Armenia en los territorios azerbaiyanos es un acto de agresión continuo y sigue siendo el principal factor de desestabilización de la región”, añade.

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También las decisiones de la OSCE, organización de la cual forma parte Armenia, se mostraron a favor de Azerbaiyán, en lo que respecta a las afirmaciones de autodeterminación de Armenia.

“Los recientes ataques armenios en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán tuvieron como objetivo un punto muy estratégico como Tovuz, que conecta las rutas de energía y transporte más importantes del Cáucaso meridional, como el ferrocarril Bakú-Tbilisi-Kars, el oleoducto Bakit-Tbilisi-Ceyhan y el gasoducto Bakú-Tbilisi-Erzurum”, subraya el comunicado de la embajada.

Además, alega que “la parte azerbaiyana no tenía intención de iniciar o intensificar los enfrentamientos. En tanto que los dirigentes armenios han estado sentando desde hace algún tiempo las bases de una política agresiva en nombre de la defensa de Armenia, una clara demostración de ello fue su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, publicada pocos días antes de estos enfrentamientos. Desgraciadamente, el Gobierno no ve ningún daño en unirse a la línea dura que mira al mundo a través de lentes antiturcos”, añade la nota.

Por otra parte, considera que “el esfuerzo de los embajadores por asociar los recientes acontecimientos con los desafortunados sucesos de 1915 solo refleja el enfoque unilateral y las ideas maximalistas de Armenia”.

“Turcos y armenios han vivido en paz por mil años juntos, sin problemas. Con la provocación de factores externos, las bandas de Armenia iniciaron ataques contra las comunidades musulmanas con las que han vivido en paz durante siglos”, menciona.

También relata que la decisión del gobierno otomano de reubicarlos en otras partes del imperio en las difíciles circunstancias de la Primera Guerra Mundial fue una necesidad. “La justa memoria requiere que la masacre de las bandas armenias que reclamaban 500 mil musulmanes fue la principal razón de esta decisión. Turquía está y ha estado dispuesto a abordar esta cuestión con hechos históricos. Los archivos turcos están abiertos y esperamos que todas las partes relevantes abran sus archivos sobre el asunto”, sostiene.

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Finalmente, reconoce que la visión principal de Turquía para el Cáucaso meridional es hacer un espacio de estabilidad y cooperación. “Solo así podremos todos beneficiarnos plenamente del potencial económico y energético de la región. Los beneficios de las líneas de energía y transporte que atraviesan la región es una consideración importante no solo para Turquía, sino para los socios de Europa y más allá. Pero antes que nada, necesitamos socios constructivos en la región como Azerbaiyán y Georgia. Por el momento, Armenia es el eslabón perdido de esta visión”, concluye.

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