Los nuevos pensadores o intelectuales que fueron marcando línea para lo que serían los partidos tradicionales, dieron origen a nuevas discusiones en el país luego de la Guerra Grande. Así las diferentes corrientes de pensamientos políticos fueron analizadas en sus inicios en el programa “La Asamblea”, emitido por el canal GEN.
La generación de intelectuales que surgen luego de la Guerra Grande de entre las cenizas y es lo que marca la columna vertebral de la cultura de la democracia, comentó Alfredo Boccia, uno de los invitados al programa.
Mencionó como una curiosidad, el hecho de que aflorarán al mismo tiempo estos pensadores, filósofos que dieron el inicio a los partidos políticos, así como a las discusiones en cuanto a la reconstrucción de la República. “Había una penuria cultural que permite que Paraguay comience el siglo XX con una reestructuración intelectual, cultural y educacional”, expresó.
Lee también: Diputados tratará mañana proyecto que otorga subsidio a los artistas ante el COVID-19
En el mismo sentido, Aníbal Saucedo Rodas, otro de los invitados, añadió que en este período se introdujo la sociología como cátedra obligatoria en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, marcando también una corriente social. “El problema fue que lo introdujo un liberal, Cecilio Báez”, indicó.
Entre la generación del 900, resalta el Dr. Blas Garay, persona extraordinaria que pocos conocemos. “Fue enviado a España con cargo diplomático, encargado de negocios, tenía que investigar los documentos sobre las posesiones legítimas del Chaco. Y a la vez escribió 4 libros”, relató.
Es así donde surge, recuerda Boccia, la discusión entre Juan O’leary, Manuel Domínguez y Cecilio Báez, sobre la importancia de identidad nacional del Mariscal López.
“Se atravesaba el siglo del lopismo contra el antilopismo, aplicada a la situación política del momento para sacar ventaja, que fue la eterna discusión entre colorados y liberales; esa discusión histórica dejó de lado el otro país, un país que no existía y era invisible, sumido en la absoluta pobreza, que era la cuestión social”, reveló.
Lea más: Analizan ley para separar jubilación del servicio de salud en el IPS
“Hasta que llegó el español Rafael Barret a señalar de forma aguda de que a la discusión de los paraguayos le falta el factor social, que él les dio”, sostuvo Boccia. Así se fue señalando la visión social y la situación de olvido del país que era ignorada por los intelectuales paraguayos que estaban enfocados en la reconstrucción.
Por su parte, Saucedo, comentó que “Blas Garay marca el inicio de la presencia del Estado con contenido social, a diferencia de Cecilio Báez sin atribuciones sociales, solamente servía para lo jurídico. El Estado debe de intervenir en la cuestión económica, allanar el camino y hacer fácil la evolución, esa línea sigue Fulgencio R. Moreno en 1902”.
¿Por qué tantas revoluciones?
Sobre las diferentes revoluciones que se dieron en el país en los años 1904, 1908 y 1947, recordaron que se dieron por la pasión y la tradición familiar.
Y las mismas disputas revolucionarias, más bien se dieron entre liberales y también entre colorados, expresó Saucedo. Lo que también produjo grandes exiliados paraguayos que poblaron las fronteras luego del 47.
Mientras que para Boccia, se dieron por la pasión y tradición familiar, “es poca cultura ese campo, un poco árido”, expresó. Pero igualmente considera que “esa ficción entre colorados y liberales era muy superior a lo que sucedió después”. Por eso, cree que “algo hicimos muy mal en la transición democrática”, concluyó.
Te puede interesar: Senadores plantean migración de funcionarios públicos al IPS