Víctor Cano Piris

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En entrevista con La Nación, el embajador de la delegación de la Unión Europea en Paraguay, Paolo Berizzi, comentó el apoyo europeo a la iniciativa global que busca el desarrollo colaborativo y el despliegue universal de los medios de diagnóstico, tratamientos y vacunas, no solo contra el COVID-19, sino para todas aquellas enfermedades que podrían aparecer, y que al mismo tiempo sean accesibles para todos los habitantes del mundo.

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¿De qué se trata la iniciativa?

Todo empieza con la idea de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que a mediados de abril dijo claramente que para poder contrarrestar al COVID-19 se necesita una colaboración a nivel global. Un trabajo mundial coordinado para la detección, tratamiento y prevención, apoyado en el fortalecimiento de los sistemas sanitarios. Aquí entra la conducción y la distribución de la vacuna al mundo entero.

Esto servirá para que los países estén más preparados para otras pandemias en el futuro. La solidaridad es mundial, ya que la pandemia no conoce de fronteras, y la única manera de reaccionar es todos juntos. Es apoyarnos en respuestas globales como el «ACT-Accelerator», el Acceso a los instrumentos COVID-19.

¿Qué anunció la presidenta de la Comisión de la Unión Europea, Úrsula von der Leyen?

Hay que entender que esto va más allá del coronavirus. La presidenta de la Comisión ha anunciado que se han dispuesto € 7.500 millones, y que en las próximas semanas se irá aumentando la cantidad recaudada. El objetivo es reunir una financiación significativa que garantice el desarrollo colaborativo y el despliegue universal de los medios de diagnóstico, los tratamientos y las vacunas contra el coronavirus.

El ejemplo que Paraguay es bastante claro, aquí se crearon los hospitales nuevos para enfermedades respiratorias. Cuando acabe el coronavirus, se van a utilizar para otras enfermedades. Pero las capacidades ya estarán instaladas para enfrentarlas. El objetivo mundial es que los sistemas nacionales sean capaces de coordinar y resistir a otras nuevas crisis.

¿Se busca que todos los sistemas de salud trabajen de forma coordinada?

Imaginémonos la cantidad de cosas que podemos hacer de manera conjunta, específicamente en el ámbito de la salud. Son más de 100 los equipos que se encuentran ahora mismo buscando una vacuna y los mejores tratamientos. Pero esto se hace cada vez más individualmente, hay claramente intercambio de información, pero si fuese mucho más estructurado, sería más eficaz y permitiría soluciones más rápidas y tratar mejor las próximas enfermedades.

¿Cuál es la postura de los países industrializados y emergentes del G-20?

El G-20 pide que se actúe de manera global y para eso creó el «ACT-Accelerator», es un acelerador para el acceso a los instrumentos COVID-19 . Coordinará, dirigirá y supervisará los avances realizados a nivel mundial en lo que se refiere a la aceleración del desarrollo de las vacunas, las terapias y los métodos de diagnóstico y su acceso universal, así como al reforzamiento de los sistemas sanitarios.

A partir de esto la Unión Europea apoya este plan y traduce en cosas concretas de manera conjunta con Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino de Arabia Saudí, Noruega, España y el Reino Unido que buscan lograr este enorme desafío.

Estamos hablando de producir, comercializar, vender, comprar y sobre todo hacer que llegue a 4 mil millones de personas.

¿Por qué hacer énfasis en el sistema universal de vacunación?

Lo que muchas veces no se entiende, y es importante entender es que cuando se implementa un sistema de vacunas se utiliza un sistema sanitario. Los mismos canales de distribución que se usan para una vacuna se utilizan para la otra vacuna, se tiene que fortalecer esa red incluso con telemedicina. Se fortalece el sistema sanitario a través del acceso universal a las vacunas.

Esto no es solo para combatir el coronavirus es para todas esas enfermedades que conocemos y las que desconocemos y que podrían afectarnos en un futuro.

¿Cómo se lleva a cabo esta maratón mundial de recolección de fondos?

Si bien el logro es extraordinario, sólo es el comienzo de un proceso para la movilización de más recursos. El objetivo inicial de 7.500 millones de euros no será suficiente para garantizar la distribución en todo el mundo de las tecnologías sanitarias relacionadas con el coronavirus, pues los costes que ello supone en términos de producción, contratos públicos y distribución son considerables.

Pero por ejemplo, hay fundaciones como la de Bill y Melinda Gates, que son super activos y contribuyen de manera importante. Además del Wellcome Trust y algunos de los primeros países convocantes, además de muchos agentes mundiales de la salud reconocidos, como la CEPI, la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), el Fondo Mundial o UNITAID.

¿Cómo Paraguay se beneficia de esto?

Poco tiempo atrás algunos países empezaron a criticar el multilateralismo, pero esta pandemia juega en favor del multilateralismo, es decir a favor de ese accionar conjunto de varios países sobre una cuestión determinada. Ahora vemos que no podemos tener soluciones individuales, más que nada en salud. El único camino es trabajar todos juntos, los países pequeños y los grandes. Incluso en el cambio climático, no habrá solución nacional que resuelva el problema, solo con una solución global evitará las amenazas.

El mismo director de la OCDE desde París mencionó la semana pasada, que por muchos años hemos estado desmantelando la importancia de la salud pública, y dijo que en vez de achicarla ahora vemos la importancia de estos sistemas de salud que tienen que ser fortalecidos y no privatizados en nombre del neoliberalismo.

No es gastar en salud, es invertir en salud. Se lo tendría que clasificar en inversión pública y no es gasto público.

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