El diputado Derlis Maidana (ANR) rechazó la iniciativa de enjuiciar a la fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, ante las versiones que la vinculan sobre un supuesto favorecimiento al empresario Karim Salum, para no guardar el proceso de cuarentena tras su retorno de Estados Unidos en los albergues establecidos por el Poder Ejecutivo para el combate contra el COVID-19.
“El juicio político es una herramienta constitucional, no un arma para ser usada ante rumores. Se necesitan cuestiones que comprometan seriamente el estado de derecho para poder utilizarla. Mi apoyo a la fiscala general del Estado”, sostuvo el legislador.
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Ante supuesto uso de influencias
El diputado del Partido Liberal Édgar Acosta anunció que presentará un enjuiciamiento en contra de la agente fiscal ante el supuesto uso indebido de influencias, por presunta injerencia para que Salum cumpla cuarentena en su domicilio, versión desmentida por el empresario, quien en diversas ocasiones manifestó no haber mantenido conversaciones con Quiñónez.
Salum había dicho también que las instrucciones para guardar cuarentena en su domicilio las recibió por parte de las autoridades encargadas del proceso de aislamiento de los connacionales que retornan al país debido a que se encontraría solo.
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“No estoy bien”, advirtió Maradona un mes antes de morir
- San Isidro, Argentina. AFP.
Un médico afirmó ayer jueves en el juicio a siete profesionales de la salud por la muerte del astro del fútbol que Diego Maradona le dijo semanas antes de morir: “No estoy bien”. Maradona falleció el 25 de noviembre de 2020 a causa de un edema pulmonar provocado por una insuficiencia cardíaca, durante una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo son acusados de homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. Flavio Tunessi, traumatólogo de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el club que Maradona dirigió desde 2019, testificó en el juicio en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires.
Relató que el 30 de octubre, durante un homenaje por los 60 años del ídolo en el estadio de Gimnasia, lo vio caminar solo hacia el córner, donde estaba la ambulancia. “Me acerco y le digo ‘Diego, ¿necesitas algo?’, y me dice ‘no, me voy, no estoy bien’ y se fue”, dijo Tunessi. El médico contó que ese día vio a Maradona “adelgazado y caído” y que otras personas que interactuaron con el Diez le manifestaron que “no lo veían bien”, entre ellos el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio Tapia.
La neurocirugía
Al día siguiente, Leopoldo Luque, médico personal de Maradona e imputado en la causa, coordinó con Tunessi llevarlo a la Clínica Ipensa de la ciudad de La Plata (50 km al sur de Buenos Aires), donde el traumatólogo también trabaja, para internarlo y hacerle estudios. Allí detectaron que el exfutbolista tenía un “hematoma subdural” en la cabeza, aunque los neurólogos de la clínica, que también declararon este jueves, consideraron que “no era una urgencia quirúrgica”.
El jefe de neurología de Ipensa, Guillermo Burry, consideró que “el cuadro clínico del paciente no era debido al hematoma subdural” y que por sus comorbilidades “no era el momento oportuno” para operarlo. Sin embargo, Luque, también neurocirujano, consideró que sí había que intervenirlo y decidió trasladar a Maradona a la Clínica Olivos, donde fue operado el 3 de noviembre.
Estudios cardiológicos
En la audiencia, que concluyó cerca de la 15:30 locales (18:30 GMT), declaró también el cardiólogo de Ipensa Oscar Franco, que realizó estudios del corazón a Maradona en septiembre de 2020. Franco dijo que le efectuó “un ecocardiograma, un doppler carotídeo y un electrocardiograma”, y que “no arrojaron signos de patologías”. El cardiólogo le sugirió a Luque hacerle otros exámenes como una “perfusión miocárdica”, que definió como un estudio “más sensible para detectar una patología coronaria”.
Sin embargo, Luque declinó hacerlo “porque el paciente no toleraba estar mucho tiempo en una institución con médicos”, aunque Franco aclaró ante los jueces que el estudio solo hubiera tomado entre una y tres horas. Este juicio se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. La próxima audiencia será el martes, y la fiscalía aún no adelantó quiénes declararán. Los acusados enfrentan penas entre 8 y 25 años de prisión.
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El cantante Pablo Benegas se sentó en el banquillo, acusado por abuso sexual en niños
El cantante Pablo Benegas, conocido por su éxito Soy de mi tierra, ya está en el banquillo de los acusados. Se inició el juicio oral y público donde el músico es acusado por presumiblemente drogar y luego abusar de dos menores de 11 y 16 años. La defensa del artista planteó varios incidentes que deberán ser estudiados por los integrantes del Tribunal de Sentencia.
La acusación del Ministerio Público es por los supuestos hechos punibles de abuso sexual en niños, proxenetismo, pornografía relativa a niños y coacción sexual y violación.
Días atrás, el Tribunal de Sentencia, presidido por la jueza Lourdes Garcete, ratificó la prisión preventiva del cantante. La resolución se dio a conocer luego de la audiencia de revisión llevada a cabo en Palacio de Justicia.
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Acusación
La acusación fiscal revela que el 9 de noviembre de 2023, Benegas solicitó desde su casa el servicio de transporte de plataformas para trasladar a dos hermanas de 11 y 16 años desde la zona conocida como Pelopincho, cercana al barrio Chacarita, hasta su domicilio particular. El escrito menciona que el acusado les hizo consumir droga sin que ambas víctimas se dieran cuenta, esto con el objetivo de hacerlas dormir y luego comenzar a desvestirlas, para luego filmarlas desnudas.
El escrito del Ministerio Público señala que se produjeron los hechos punibles de abuso sexual en niños, así como coacción sexual y violación. También se registró el tipo penal de pornografía relativa a niños y adolescentes y proxenetismo, ya que supuestamente entregó G. 500.000 a la niña.
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“Lo tenían como secuestrado”, dijo expareja de Maradona en juicio
- San Isidro, Argentina. AFP.
Verónica Ojeda, expareja de Diego Maradona, dijo ayer martes que su entorno “lo tenía como secuestrado” meses antes de su fallecimiento, en el juicio a siete profesionales de la salud por la muerte del astro futbolístico en Argentina en 2020. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 durante una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo son acusados por homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. “Yo sabía que a él lo tenían como secuestrado, tenía temor a todo, de hecho, cada vez que yo me iba me decía llevame”, dijo Ojeda, la madre del menor de los hijos de Maradona, Diego Fernando, de 12 años, en referencia a las visitas que le hizo a su expareja durante 2020, antes de que fuera internado en noviembre para realizarse la neurocirugía.
Ojeda, pareja del exfutbolista entre 2005 y 2014, declaró este martes en el juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el astro argentino. En su testimonio, entrecortado por sus llantos, apuntó contra el entorno de Maradona, incluidos sus asistentes Maximiliano Pomargo y Vanesa Morla, y uno de sus custodios, Julio Coria, que fue acusado de falso testimonio durante este juicio, aunque ninguno está imputado en la causa.
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Se refirió también al médico de cabecera de Maradona, Luciano Luque, y a su psiquiatra, Agustina Cosachov, que sí están imputados: “Nos mintieron en la cara a todos, a toda la familia”, dijo. Ojeda contó que los médicos “decían que era conveniente internarlo en una casa y que iba a haber (de) todo como si fuera un hospital”. Múltiples testigos dijeron a lo largo del juicio, que comenzó el 11 de marzo, que no había aparatología médica en la casa donde murió el Diez. Ojeda contó que vio por última vez a Maradona dos días antes y dijo que no lo encontró bien.
“Donde estaba Diego había olor a pis y a caca por eso ese día le dije que se bañe y afeite porque no estaba bueno que esté así en ese estado”, señaló. Durante el interrogatorio, se reprodujeron conversaciones entre dos de los imputados: la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz, que estaba presente en la sala.
En el chat, Díaz llamaba a desestimar los planteos de los familiares sobre el paciente porque hablaban “desde el desconocimiento absoluto”. Se refería a Ojeda con lenguaje soez y se preguntaba “quién es” para cuestionar el tratamiento. “Yo soy la mamá de Dieguito Fernando, Carlos Díaz, soy la mamá del hijo de Diego Maradona, esa soy”, exclamó Ojeda entre lágrimas en respuesta al chat que calificó de “nefasto”.
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“Incumplimiento de cuidados”
La insuficiencia cardíaca que causó la muerte de Maradona se debió a un “incumplimiento de cuidados”, dijo el martes durante el juicio por el fallecimiento del astro uno de los médicos que participaron en su autopsia. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 durante una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) están acusados por homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. El astro era “un paciente con insuficiencia cardíaca latente y que, por incumplimiento de cuidados que debía haber tenido de los factores modificables (hábitos o medicación), fue generando una insuficiencia cardíaca” que terminó en un edema, consideró Mario Schiter.
Se trata de un médico intensivista que trató a Maradona durante su internación en Cuba a comienzos del año 2000, que participó de la autopsia a pedido de la familia y que declaró como testigo este martes en el juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el astro argentino. Schiter había recomendado a la familia trasladarlo a un centro de rehabilitación tras una neurocirugía semanas antes de su muerte.
Llevarlo “de un sanatorio de alta complejidad a la casa conociendo al paciente me pareció arriesgado”, dijo el médico, que explicó que Maradona a veces no cumplía con los tratamientos. En caso de una internación domiciliaria “hubiera optado por equipar el sitio como si fuera una unidad cardioprotegida” con un desfibrilador y aparatología médica como electrocardiógrafo, equipamiento para análisis de laboratorio, oxígeno y un equipo de ventilación no invasiva, señaló el intensivista.
Múltiples testigos dijeron a lo largo del juicio, que comenzó el 11 de marzo, que no había ninguno de estos elementos en la casa donde murió el “diez”. Para la tarde de este martes, se espera el testimonio de Verónica Ojeda, que fue pareja del exfutbolista entre 2005 y 2014 y es la madre del menor de sus hijos, Diego Fernando, de 12 años. Este juicio se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.
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Testificaron las hermanas de Maradona: “A veces se resistía” a la atención médica
San Isidro, Argentina. AFP.
La leyenda del fútbol Diego Maradona “a veces se resistía” a ser atendido por médicos, dijo ayer jueves una de sus hermanas en el juicio a siete profesionales de la salud por su muerte en Argentina en noviembre de 2020. Claudia y Ana, dos de las hermanas de Maradona, que son querellantes en la causa, declararon este jueves en la cuarta semana del juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el exfutbolista.
Claudia, de 53 años y la menor de las cinco hermanas de Maradona, dijo que Diego “a veces se resistía” a ser atendido por médicos y que “era de carácter fuerte”. Ella y Ana, de 74 años, coincidieron en que su hermano “hacía lo que él quería”. Maradona falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 mientras cursaba una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía.
Las hermanas dijeron que participaron en la decisión de hacer internación domiciliaria y Claudia señaló que los especialistas les habían dicho que “iba a haber médicos clínicos” y equipamiento para atenderlo. Otros testigos en el juicio en sus testimonios señalaron que no había ambulancias ni equipamiento médico como desfibrilador en la casa donde murió el ídolo.
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Las hermanas dijeron que Leopoldo Luque, el neurocirujano y uno de los imputados en la causa, era el médico de confianza de Maradona. Ana contó que vio por última vez a su hermano cuando estaba internado en la Clínica Olivos, semanas antes de su fallecimiento, y que cuando le consultó cómo estaba, él le respondió: “Me duele el alma”.
En la tarde del jueves se preveía que declarara otra de sus hermanas, Rita, y Verónica Ojeda, madre del hijo menor de Diego Maradona. Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) son acusados de homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado.
Este juicio, que comenzó el 11 de marzo, se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión. El abogado de las hermanas Maradona, Pablo Jurado, objetó algunas de las preguntas de otros querellantes a las testigos, que apuntaban a las relaciones contractuales entre el exfutbolista y sus hermanas.
Para Jurado, las respuestas pueden afectar los intereses de sus defendidas en otra causa, en la que los hijos de Maradona demandan a sus tías por los derechos de la “marca Maradona”. El tribunal no hizo lugar a las protestas y las hermanas tuvieron que responder al respecto. Las marcas “son algo que nos dejó a la familia”, dijo Claudia y añadió que antes de su muerte Diego Maradona solo les “daba regalos”.
Murió sin alcohol ni drogas en sangre
Diego Maradona no tenía alcohol ni “drogas de abuso” en sangre cuando murió, a pesar de su historial de consumo, dijo el pasado martes un perito, en el juicio a siete profesionales de la salud por la muerte del exfutbolista en Argentina en 2020. “Ninguno de los cuatro tubos (de muestras) dio detectable para cocaína, marihuana, MDMA, éxtasis ni anfetamina”, dijo el perito bioquímico Ezequiel Ventosi, que analizó las muestras de sangre, de orina e hisopados de Maradona tras su muerte y constató que tampoco había presencia de alcohol.
El astro futbolístico argentino, quien tuvo periodos de excesos durante su agitada vida, falleció por un edema pulmonar generado por una insuficiencia cardíaca el 25 de noviembre de 2020 mientras cursaba una internación domiciliaria posterior a una neurocirugía. Las pericias posteriores a su muerte sí detectaron cinco sustancias correspondientes a medicamentos antidepresivos, anticonvulsivos, antipsicóticos y contra las náuseas.
El testimonio de Ventosi se dio en la apertura de la cuarta semana del juicio que tiene lugar en San Isidro, un suburbio al norte de Buenos Aires cercano a la localidad de Tigre, donde murió el ídolo. En la audiencia del martes, se leyó el testimonio de 2021 del médico personal de Maradona entre 1978 y 2009, Alfredo Cahe, fallecido en 2024.
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Según el escrito, Cahe vio a Maradona en noviembre de 2020, cuando se recuperaba de una neurocirugía en la Clínica Olivos. Todo le pareció “extraño” y Leopoldo Luque, médico del ex deportista al morir e imputado, no le contestó sus consultas sobre el estado de salud del paciente. La internación domiciliaria “era lo menos indicado” para Maradona ya que “debía estar bajo terapia intensiva con control del corazón constante y continuo”, dijo Cahe, quien opinó que hubo negligencia y apuntó la falta de control y de ingesta de medicación cardíaca.
“Con un correcto seguimiento y control (la muerte) era evitable”, aseguró en el testimonio. Además, declararon otros tres peritos, entre ellos la anatomo-patóloga Silvana de Piero, que analizó los órganos tras el deceso y detalló que el hígado mostraba signos compatibles con cirrosis, los riñones insuficiencia, los pulmones una patología crónica y el corazón signos de falta de oxígeno.
Siete profesionales de la salud (médicos, enfermeros, la psiquiatra y un psicólogo) son acusados de homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte. Una octava acusada -enfermera- será juzgada en un proceso separado. Este juicio, que comenzó el 11 de marzo, se prolongará al menos hasta julio con la declaración de decenas de testigos. Los acusados arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.