Rossana Escobar M. rossana.escobar@nacionmedia.com - Darío Arámbulo dario.arambulo@nacionmedia.com

En una de las escuchas realizadas por la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU) de la Senad se evidencia cómo los jefes de dependencias de las fuerzas públicas que llegaban a Salto del Guairá pedían reunirse con los narcotraficantes, y estos estaban dispuestos a “estar al día” desde el primer momento. La podredumbre en la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) causada por agentes corruptos también salpica a otros organismos de seguridad. Un audio filtrado del mismo operativo de inteligencia de Chase devela conversación en la que con reverencia, oficial de Interpol Paraguay pide a supuesto narco una audiencia para su superior que acababa de asumir el cargo e interesado en conocerlo. “Está bien, hermano. Disculpame las molestias”, dijo el uniformado al cortar la amable comunicación.

Los narcoaudios filtrados en las últimas semanas por el equipo periodístico de La Nación Investiga evidencian cómo el narcotráfico logró permear al punto de cooptar instituciones estatales, y se resaltan sospechosas maniobras de ocultamientos de escuchas claves que comprometen a los agentes especiales de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). Sin embargo, no son los únicos que pedían alguna dádiva a sus objetivos, sino que incluso agentes de la Interpol, que directamente no tienen mucho que ver con el combate a las drogas, pedían audiencias con los supuestos narcos de Salto del Guairá.

En una de las grabaciones de llamadas que fueron realizadas y analizadas por la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU) de la Senad como parte de la operación Chase se logra escuchar cómo un uniformado de la Policía Nacional se presenta ante uno de los objetivos de la investigación, pero lo importante no se resume precisamente a la conversación de este subalterno con el presunto narcotraficante, sino el pedido que le hace para que su jefe lo pueda conocer.

LA LLAMADA

La comunicación entre el agente del orden público y el objetivo de la investigación del SIU/Senad se inicia con el saludo y la presentación. Todo se desarrolla en una amena charla en guaraní.

“¿Cómo estás? Oficial Escobar de Interpol te saluda”, empieza diciendo el uniformado, que se presume presta servicio en la Oficina Regional del Departamento de Interpol Paraguay en la localidad de Salto del Guairá, departamento de Canindeyú.

Luego de la respuesta del hombre

no identificado (HNI) y presunto capo narco, que tenía el teléfono interceptado, el agente de la Policía Nacional lo trata con bastante amabilidad y le explica el motivo de su llamada.

“Se cambió mi jefe, tengo jefe nuevo y me dijo que quería conocerte”, le menciona el oficial Escobar, identidad que proporcionó al comunicarse. Pero la respuesta que recibe el uniformado al parecer no era la esperada, pues el supuesto narcotraficante se excusa de él.

“Como dicen, estoy medio desahuciado, pero vamos a conversar con él, eso no es un problema”, dice el requerido, y explica que no estaba produciendo ganancias, que incluso no estaba pasando por un buen momento financiero, aunque está dispuesto a conocer al “nuevo jefe de Interpol”.

¿SOLO CONOCERLO?

Claro, no quedaba bien ser tan directo, por lo que el policía le explica al narco que la intención del comisario solamente era conocerlo personalmente, “no para otra cosa”.

Sin embargo, al parecer no le cerraba mucho el cuento de que el jefe de Interpol de Salto del Guairá solamente quiera conocerlo; entonces, HNI le recalca que es mejor estar al día, porque si es por conocer, dice que ellos, las fuerzas públicas, ya lo conocen bien.

“Ustedes todos me conocen luego, saben luego, no necesitan conocerme, saben que yo no soy un bandido (…). Como dicen los muchachos, yo soy un trabajador más nomás”, le recalca el supuesto narcotraficante.

Lo último de la conversación es la despedida, pero no por eso un elemento irrelevante a la hora de analizar el contexto, puesto que incluso el agente estatal termina disculpándose por haber molestado al presunto narco con su llamada y el pedido de audiencia para el jefe de Interpol.

“Está bien, hermano. Disculpa las molestias”, fue la despedida del oficial Escobar.

SUMAN CASOS

Durante las intercepciones telefónicas se recabaron detalles como rangos, apellidos u otros datos de funcionarios corruptos, todo en el marco de la operación Chase-Aguará, que fue ejecutada el 1 de agosto del 2018, poco antes de que Arnaldo Giuzzio tome el timón de la Senad.

El “oficial Escobar de Interpol”, el “jefe antidroga de apellido Amarilla” que pidió US$ 50 mil a un narcotraficante, o la exposición de un informante a capos mafiosos por parte del “jefe frente al hospital”, en referencia a la Oficina Regional de Salto del Guairá, no fueron blanco de profundizaciones investigativas por el SIU/Senad, que en el 2018 tenía al frente al agente especial Cristian Amarilla.

Los responsables de estos ocultamientos de datos y personas sospechadas de hechos de corrupción finalmente terminaron siendo premiados con ascensos, puestos sensibles de inteligencia durante la administración de Giuzzio y su sucesora Zully Rolón.

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