Como cada año, la comunidad de Tañarandy se convirtió en el corazón espiritual de la Semana Santa paraguaya, y este Viernes Santo no es la excepción.
Desde tempranas horas, una gran cantidad de personas ya se congregaron en el lugar para vivir una de las manifestaciones culturales y religiosas más conmovedoras del país.
Este año, la celebración cobró un significado especial ya que fue el primer año en que su creador el artista plástico Koki Ruiz está ausente.
Por lo que se le rindió un homenaje póstumo al reconocido artista y creador del evento, quien falleció en diciembre del año pasado.
Pero quedó demostrado que su legado artístico y espiritual sigue más vivo que nunca entre los pobladores y visitantes.
EMOTIVA CEREMONIA
El acto central comenzó a las 15:00, momento que simboliza la muerte de Jesús en la cruz. Como parte de la ceremonia, los tradicionales estacioneros —cantores devotos que entonan cánticos religiosos— se reunieron en el jardín donde descansan los restos de Koki Ruiz, en una muestra de profundo respeto y gratitud por su obra.
Ese momento que de por sí tiene una carga emocional bastante alta, en esta ocasión fue superada por el homenaje a Koki y un agradecimiento por su extraordinario legado.
Posteriormente, la Virgen Dolorosa fue acompañada por los presentes en una emotiva procesión por el camino sagrado conocido como el Yvága Rape (Camino al Cielo), iluminado por miles de velas y antorchas que transforman la noche en un espectáculo de luz, arte y devoción.
De esta manera la tradición de más de tres décadas se siguió al pie de la letra, pero en esta oportunidad tuvo la incorpórea presencia de su creador Koki Ruiz, que iluminó todo el evento, que una vez más congregó a miles de personas que fueron testigos de la magnífica puesta en escena de Tañarandy.