El impacto social del programa Hambre Cero se genera no solamente en los 970.000 niños que reciben alimento escolar diariamente, sino en los productores locales y en las huertas familiares, sin contar con el incentivo para asistir a la escuela y desalentar la deserción.
Mario Florenciáñez, jefe de Gabinete de la Contraloría General de la República, habló del balance que dejó el informe de 80 páginas sobre la ejecución del programa Hambre Cero.
Como negativo señaló la falta de infraestructura, algunas cuestiones de contratación de personal y falta de utensilios. Sin embargo, aclaró, cuando uno ve realmente el informe total, estas falencias son menores.
“Porque de los 17 departamentos y la capital, hemos constatado que todos los alumnos reciben alimentos, eso es algo que nosotros en su momento cuando quitamos el informe sobre la alimentación escolar financiada por el Fonacide, hoy vemos que esto es radicalmente lo contrario”, comentó Florenciáñez, en una entrevista con el canal GEN/Nación Media.
La sinergia que crea el programa no solamente se da respecto a la alimentación escolar como tal, sino a los demás eslabones de la cadena, pues el 20 % de los contratistas deben recurrir a las huertas y el 10 % a los productores locales, lo cual crea trabajo.
Señaló que muchas veces la deficiencia que se marca como algo relevante es el uso del RUE y lo que se llama SIAE (Sistema de Información de Alimentación Escolar). Esa diferencia, indicó, hace que parezca que no se dan todas las raciones, pero en realidad es una cuestión administrativa en la que deben ponerse de acuerdo para que esa brecha pueda solucionarse.
Del 5 % de niños del universo total que comían con el Fonacide, hoy, con Hambre Cero son 970.000 los que sí reciben el alimento, es decir, el total, a excepción de los que no tienen autorización de sus padres.
INFORME DE CONTRALORÍA
El informe de la Contraloría General de la República destaca los aspectos positivos del programa Hambre Cero. Los aspectos destacados en 57 escuelas de Central y Asunción son: Anstalaciones adecuadas y limpias: cocinas, comedores y depósitos en buen estado, higiénicos y ordenados.
Alimentos de buena calidad y aceptación: comida bien preparada, con buen sabor y aceptada por alumnos
Provisión regular de insumos: alimentos entregados a tiempo, completos y en buenas condiciones.
Personal comprometido y predispuesto: autoridades y personal de cocina muestran voluntad y buenas gestión.