- Nilza Ferreira
El Día Mundial del Parkinson se celebra el 11 de abril, fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1997, en conmemoración al nacimiento del doctor James Parkinson, quien describió por primera vez los síntomas de esta enfermedad en 1817.
Los médicos y servicios de salud se abocan en esta fecha a impulsar una fuerte campaña de concienciación sobre la enfermedad de Parkinson, creando espacios de discusión e información sobre los síntomas, los signos de alarma, los cuidados y los avances de la medicina para atenuar el impacto de esta dolencia para los pacientes y sus respectivas familias.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno del sistema nervioso relacionado con la neurodegeneración que afecta el movimiento, explica el neurólogo Fernando Espínola. “Se produce cuando un grupo de neuronas deja de producir dopamina de manera adecuada”, refiere. La patología neurodegenerativa puede aquejar comúnmente a personas mayores de 60 años y es multifactorial.
En diálogo con La Nación/Nación Media el doctor Espínola dio datos de la prevalencia de la enfermedad de Parkinson, los signos de alarma y los cuidados para evitar padecerla.
“De acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que más de 10 millones de personas en todo el mundo padecen la enfermedad de Parkinson. Esta condición es más prevalente entre la población de mayor edad, afectando aproximadamente a 1 de cada 100 individuos mayores de 60 años”, significó.
El especialista en Medicina Interna y Neurología explicó que la etiología de la enfermedad es desconocida, pero existen algunos factores que pueden influir en su aparición. Entre esas causas figuran la edad (después de los 60 años), la genética (en algunos casos, puede heredarse) y los factores del ambiente: como la exposición a ciertos químicos o pesticidas.
SÍNTOMAS
Los síntomas principales de la enfermedad incluyen: temblor en manos o brazos en reposo, lentitud al moverse (bradicinesia), rigidez muscular y problemas de equilibrio o postura, con tendencia a caerse o caminar encorvado. “Además, el paciente puede presentar otros síntomas no motores, como trastornos del sueño, cambios en el estado de ánimo (depresión y ansiedad), estreñimiento, pérdida del olfato, problemas cognitivos, fatiga, dolor musculoesquelético y alteraciones en la presión arterial”, subrayó.
Espínola comentó que en el país existen varias opciones de tratamiento, desde medicamentos como la levodopa con carbidopa, hasta la estimulación cerebral profunda (DBS), que consiste en implantar pequeños electrodos en el cerebro, conectados a un dispositivo similar a un marcapasos colocado en el pecho. “Este dispositivo envía impulsos eléctricos a ciertas áreas del cerebro que controlan el movimiento, ayudando a mejorar los síntomas”, apuntó.