Existen acontecimientos que golpean a la sociedad pero logran dejar un precedente. Eso ocurrió con la muerte de Ana Laura Almirón Riquelme, más conocida como Anita, una niña cuya historia conmovió a todos y movilizó una campaña para conseguir un donante de corazón compatible que le permita seguir viviendo. Anita era una niña de 6 años cuando el 10 de abril del 2013 cerró sus ojos, mientras esperaba un corazón que nunca llegó.
Durante dos años ella sufrió las complicaciones de una miocarditis dilatada. Permaneció durante meses en la lista de espera de donante, pero tras superar por un mes la expectativa de vida en su condición terminal (los médicos le dieron seis meses de vida), falleció.
En ese entonces no se tenían los corazones artificiales, por lo que no podía ser conectada. Tanto familiares como amigos habían organizado varias actividades para la recaudación de fondos y la concienciación sobre la importancia de la donación de órganos y estos gestos crecieron, pero esta vez en la ciudadanía en general.
La historia de Anita sirvió como inspiración para la Ley 6170/2018 que reglamenta el trasplante de órganos y tejidos anatómicos humanos en Paraguay, más conocida como la Ley Anita. Con esta normativa todos los individuos mayores de 18 años son donantes de órganos. Solo aquellas personas que dejan expresa constancia de negación no lo serán. Esta constancia de negación es un trámite gratuito y exclusivamente personal. En el marco de la ley, se establecieron medidas como, por ejemplo, que en la cédula de identidad cada ciudadano cuente con la aclaración de si es o no donante.
REGLAMENTACIÓN
En conversación con La Nación/Nación Media el doctor Hugo Espinoza, director del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (Inat) comentó que este tipo de iniciativas ayudan al trabajo del sistema sanitario por la importancia de la regulación, y por sobre todo, por los parámetros claros a la hora de la donación de órganos.
En cuanto al hecho de contar con un registro más accesible, el médico aseguró que sirve especialmente a la hora de determinar la voluntad del paciente, ya que si cuenta en su cédula con la indicación, esta decisión debe ser respetada por los familiares y el equipo médico.
“Existen varios niveles de trabajo a la hora de hablar de trasplantes de órgano en todo el país, con un sistema de donación, que implica al Ministerio de Salud Pública, las terapias intensivas y la compresión de lo que es la muerte encefálica, porque este también es un término relativamente nuevo. Se da a partir de 1960 este diagnóstico, no es algo de lo que se habla desde hace siglos”, expresó el doctor Espinoza.
EL PROCESO
En la mayoría de los casos, cuando se habla de pacientes con muerte cerebral, los familiares no comprenden inmediatamente que este diagnóstico implica que ya no existe respuesta activa del cerebro y que de manera gradual, todas las funciones del paciente irán fallando, a pesar de que en el momento cuenten con asistencia mecánica.
“Algo maravilloso se ha logrado con los avances médicos y es el hecho de poder prolongar la vida de los demás órganos del cuerpo cuando se diagnostica una muerte cerebral, haciendo que estos órganos sean viables para un trasplante. Pero hay que tener en cuenta que de igual manera existe un tiempo determinado para esta acción”, remarcó el titular del Inat.
Remarcó que la donación de órganos se realiza solo cuando se determinó la muerte encefálica; o sea, cuando la persona está fallecida, lo cual debe ser constatado por médicos. En cuanto a personas que son diagnosticadas en coma o con un estado vegetativo, no se puede proceder bajo ningún caso, ya que continúan vivas.
“Cuando hablamos de donantes de corazón o pulmones o de una donación de varios órganos a la vez, estamos hablando de un donante cadavérico, aunque en Paraguay también contamos con la modalidad de trasplante vivo que se realiza de algunos órganos entre familiares compatibles con el paciente”, destacó el doctor Espinoza.
Según los datos del Inat, hasta febrero de este año en total 267 pacientes se encuentran en la lista de espera para un trasplante. Los que aguardan por un trasplantes cardíaco son 8, de los cuales 3, se encuentran en prioridad. En cuanto a los trasplante de hígado son 5 los pacientes en lista de espera y 82 están a la espera de un trasplante de riñón, mientras que los que están registrados para un trasplante de córneas son 172 personas.