• Ciudad del Este. Agencia regional.

Agentes de la Sub­comisaría 41 de la colonia Cerro Largo, del distrito de Santa Rita (Alto Paraná), están enmarcados en un gesto solidario con la familia de un niño de cinco años, Miqueas, que padece una enfermedad delicada. Están buscando una casa para que puedan vivir, porque la vivienda en la que se encuentran ya le fue solicitada por los dueños. Se encuentra en Tavapy 2, pri­mera línea.

Es lo que explicaron a La Nación/Nación Media el comisario Carlos Ortiz y el suboficial Lucio González, jefe y subjefe de la citada sub­comisaría, indicando que todo el personal está ayu­dando para conseguir una casa en alquiler sobre la ruta PY06, para que se le facilite los viajes que deben hacer semanalmente para el tra­tamiento del niño.

El mismo equipo policial ya había visitado a Miqueas cuando cumplió 5 años, el pasado 27 de diciembre. Por amigos solidarios en común se informaron sobre la situa­ción del niño, pero, a la vez, que su sueño es ser policía, refirió el comisario Carlos Ortiz. Ante esto, decidieron darle una sorpresa grata: asistir a su festejo de cumple.

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Según un vídeo divulgado en aquella ocasión, a Miqueas se lo vio gratamente sorpren­dido ante la visita de los uni­formados con regalos para él, quien también se había ves­tido de policía para el festejo. El comisario Ortiz indicó que el personal policial suele ayu­dar a la madre trasladándola hasta el km 30 donde tiene más opción de transporte para ir al hospital.

La madre de Miqueas contó que hace dos años habían lle­gado a la casa que ocupan, que parecía abandonada, para ser los cuidadores, hasta que, hace unos ocho meses, recibieron el diagnós­tico de su hijo y, partir de ese momento, no han parado de andar por hospitales para estudios, cirugías y quimio­terapia.

“No tenemos condiciones de pagar un alquiler, mi esposo solo puede trabajar haciendo changas porque tenemos otra niña de dos años, debe­mos ayudarnos en los viajes y ya no puede asumir compro­misos por mes”, explicó a La Nación/Nación Media Mar­lene Giménez. Contó que los dueños (Carlos Garay y familia de Tavapy) empeza­ron a ocupar parte de la casa y ya es imposible vivir en el sitio porque tienen un niño enfermo. Se les pidió la casa porque ellos, como caseros, ya no pueden estar todo el tiempo debido a los constan­tes viajes.

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