Con una gran caravana y con la ciudadanía guaireña en las calles se dio recibimiento a la urna que contiene la Reliquia Peregrina de María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga, en Villarrica, capital de Guairá. La cuenta regresiva para el centenario de su nacimiento ya está en marcha, mientras el departamento se prepara para el gran festejo. El acto central se prevé para el 12 de enero, en Villarrica, su ciudad natal.
“Con gran emoción y profunda fe acompañamos el recibimiento de la Reliquia Peregrina de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, Chiquitunga, en nuestro querido departamento de Guairá. Este significativo encuentro nos une en un espíritu de esperanza y devoción, renovando nuestra fe y fortaleciendo los lazos entre las familias guaireñas”, expresó el gobernador de Guairá, César Sosa, a través de sus redes sociales.
El recibimiento se dio el sábado 4 de enero en coincidencia con el segundo día de novenario para conmemorar los 100 años del nacimiento de Chiquitunga. La reliquiallegó a la ciudad alrededor de las 18:00 y comenzó su recorrido por Villarrica hasta llegar a la Catedral, donde aguardaron por la urna estudiantes abanderados, autoridades de instituciones educativas, entidades públicas y eclesiásticas y posteriormente se desarrolló una celebración eucarística.
“Que esta presencia inspire en todos nosotros el amor y la entrega que caracterizó a Chiquitunga, ejemplo de bondad y servicio. ¡Guairá recibe con el corazón abierto este símbolo de fe que nos llena de bendiciones!”, añadió en su posteo el jefe departamental.
En el marco de esta celebración, la reliquia de Chiquitunga fue trasladada ayer hasta la parroquia Nuestra Señora de la Asunción y por la tarde visitó el Centro Educativo Sembrador (penal de menores). Cabe recordar que el festejo principal está fijado para el domingo 12 de enero y los días previos, la urna será llevada a universidades, hospitales y centros comunitarios.
“Algo que debemos recordar de Chiquitunga es la compasión que tuvo por aquellas personas muy necesitadas, dedicó su vida al servicio de ellas”, manifestó durante la homilía el presbítero Humberto René Vera.
UNA VIDA DE PIEDAD
Nacida como María Guggiari Echeverría en Villarrica un 12 de enero de 1925, ya en el convento de la Orden de las Carmelitas Descalzas adoptó el nombre religioso de María Felicia de Jesús Sacramentado.
Su vida se apagó un 28 de marzo de 1959, a la edad de 34 años, por un problema de salud. Ella era la mayor de entre siete hermanos y pertenecía a una familia tradicional, de buena posición y educación de la ciudad de Villarrica.
De niña se destacó por su inusitada piedad e inclinación hacia las obras de caridad, mostrando una inusitada entrega a los más pobres y los desvalidos desde su ciudad natal, se desempeñó activamente dentro del movimiento Acción Católica hasta los 30 años.
Conocida cariñosamente como Chiquitunga, la causa para su canonización comenzó en tiempos del papa Juan Pablo II, en 1997, después de haber recibido el título de sierva de Dios. Al confirmarse sus virtudes heroicas, el papa Benedicto XVI le confirió el título de venerable el 27 de marzo de 2010 y el papa Francisco confirmó su beatificación el 23 de junio de 2018.