• Por Juan Marcelo Pereira

El analista político y constitucionalista Marcelo Duarte rea­lizó una evaluación de la gestión del presidente de la República, Santiago Peña, en el primer año y medio de mandato, destacando como principales logros la esta­bilidad macroeconómica y el combate desplegado con­tra el narcotráfico. Este último punto se refiere a que, durante el gobierno de Mario Abdo Benítez (2018-2023), Paraguay se había posicio­nado como un centro de aco­pio logístico de drogas.

A través de una entrevista con el diario La Nación/Nación Media, abogado y exsenador comentó: “Hay varios aspectos positivos en su gestión, como ser el sos­tenimiento de los números macroeconómicos y de la lucha contra el narcotráfico en el noreste del país, lo que proyecta una imagen alenta­dora al interior y exterior de nuestras fronteras”.

Marcelo Duarte

En la última reunión del Consejo de Ministros, el 17 de diciembre, el mandatario resaltó el crecimiento eco­nómico proyectado para el Paraguay, mencionando que se espera un aumento cer­cano al 4 % en 2025, lo cual no se había visto desde 2006-2008. “No obstante, pese a esos logros, queda mucho aún por hacer y sería de gran ayuda que el presidente sea quien lidere las acciones orientadas al combate del narcotráfico y el lavado de dinero, que afectan negativa­mente a la economía formal y a la imagen internacional de nuestro país”, dijo Duarte.

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Ante la existencia de compro­misos pendientes realizados durante su campaña electo­ral para ocupar el sillón de López, Duarte mencionó que sería muy conveniente para Peña que se aparte de las internas generadas den­tro de su partido político. “En lo relativo a la imagen que proyecta nuestro país hacia al exterior, es importante evaluar el relacionamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, y que, a pesar de la amplia mayoría oficia­lista en este último, el mismo se encare de una manera más institucional y pluralista, y se aleje de la dinámica interna de la Asociación Nacional Republicana, cuanto menos en periodos ajenos a las inter­nas partidarias, ya que las elecciones internas pasan y lo que queda es la imagen que dejó el Gobierno”, comentó.

Siguió argumentando que “si bien es común en los gober­nantes contagiarse de la sensación de bienestar que genera el poder cuando se rodean de personas afines a su gobierno, es de sabios escuchar las críticas de propios y extraños y analizar qué hay de cierto en ellas, ya que los ami­gos del poder son solo ami­gos del poder y no de quienes lo ostenta en ese momento y mucho menos de una causa que no sea la propia”. “El presi­dente Santiago Peña debería levantar la vista hacia el hori­zonte para ver que ya casi ha transcurrido un año y medio de su mandato y, por ende, le quedan solo otros dieciocho meses antes de que empie­cen las especulaciones sobre quién debería sucederle en el cargo”, agregó.

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