La violencia contra la mujer en las últimas décadas se ha con­vertido en una de las pro­blemáticas protagonistas en el escenario social a nivel internacional, no dejando por fuera a ningún país, a nin­guna clase social, ni a nin­guna raza, volviéndose así una situación de la cual muy pocas mujeres en el mundo han podido escapar.

Hoy, 25 de noviembre, se con­memora a nivel internacional el Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, como desde hace 25 años cuando la Asamblea Gene­ral de las Naciones Unidas instauró esta fecha, unién­dose así a la conmemoración que ya se daba en Latinoamé­rica desde 1981 en honor a las hermanas Mirabal, tres acti­vistas políticas dominicanas asesinadas el 25 de noviem­bre de 1960.

Según los datos actuales de la Organización de las Nacio­nes Unidas (ONU) se calcula que, a nivel global, casi una de cada tres mujeres han sido víctimas de violencia física o sexual al menos una vez en su vida; destacando que solo en 2023 alrededor de 51.100 mujeres y niñas de todo el mundo murieron a manos de sus parejas u otros miem­bros de su familia. Es decir, se asesinó a una mujer cada 10 minutos. En Paraguay, la situación no es menos alar­mante, ya que según los datos oficiales del Programa de Datos Abiertos del Minis­terio Público, en el capítulo de Violencia contra la Mujer, hasta la fecha se registran 27 víctimas de feminicidio en Paraguay y un total de 26 causas abiertas, además de registrarse otras 40 víctimas de tentativas de feminicidio.

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Cynthia Figueredo, ministra de la Mujer y Elida Favole, encargada de la oficina técnica de género del Ministerio Público.FOTO: GENTILEZA Y NÉSTOR SOTO

“Hoy, a octubre de 2024, estamos cerrando los repor­tes con 30.000 casos de vio­lencia familiar; eso implica a 100 mujeres por día, pero ocurre que también existen otros hechos punibles contra la mujer que son reportados como el de coacción, trata, exhibicionismos, proxene­tismo, que son como 20 a 30 denuncias al día; entonces, estamos hablando de aproxi­madamente 130 mujeres por día que realizan denuncias de violencia”, indicó Elida Favole, encargada de la ofi­cina técnica de género del Ministerio Público en con­versación con La Nación/Nación Media.

La misma explicó que el número de denuncias ha incrementado exponencial­mente desde que a partir de 2006 se instauraron cam­pañas de comunicación en busca de la prevención de los hechos de violencia contra las mujeres; reflexionando que si bien en aquel entonces solo se reportaban 10 casos al mes de violencia contra la mujer, era en gran parte porque no se realizaban las denuncias y los hechos pasaban por alto en la sociedad.

INFRAESTRUCTURA Y COBERTURA

“Los hechos de violencia son minimizados muchas veces por la ciudadanía en general y, sin embargo, son hechos complejos y que tienen que ver con la conducta de las per­sonas y deben ser analizados, por lo que es clave contar con más unidades especializadas para actuar en consecuen­cia a la envergadura de estas causas, ya que se necesita en muchos casos un proto­colo especial de actuación”, remarcó Favole.

En este sentido, la misma explicó que cuando se da la actuación fiscal, no solo se necesita del trabajo del agente del Ministerio Público, sino que también de los psicólogos y médicos forenses que ayu­den al mismo a determinar la magnitud de la situación y saber con certeza la afec­tación real de la víctima, por lo que no solo se necesitan más unidades fiscales espe­cializadas, sino que también profesionales de blanco que acompañen esta tarea inter­disciplinaria.

En la misma tesitura, remarcó que el hecho de que el sistema se vea saturado por momentos no implica que se deba de dar un retroceso en el esquema de trabajo, sino que, por el contrario, la estructura debe de adecuarse a las nue­vas necesidades, cosa que actualmente no se da más que nada por la falta de pre­supuestos y no por una falta de voluntad del ente.

“Nosotros siempre reco­mendamos lo siguiente, si bien hay múltiples canales de denuncias que son opcio­nes que el sistema le brinda a la víctima, siempre se reco­mienda que si la mujer está en situación de emergencia por violencia, donde está siendo atacada o peligra su integridad, acuda directo a la comisaría porque es mayor la cobertura de la policía y más rápido podrán auxiliarla antes que llegar hasta una unidad fiscal que de por ahí le queda lejos de donde está”, indicó Elida Favole.

PREVENCIÓN

“Estamos hablando de vidas y familias enteras detrás de hechos de violencia y eso es lo primero que hay que enten­der cuando hablamos de la violencia hacia una mujer”, comentó la ministra de la Mujer Cynthia Figueredo, en conversación con La Nación/Nación Media al referirse sobre la cartera que está a su cargo y los trabajos que han abordado desde la misma en el marco de la violencia con­tra la mujer en el país.

Remarcó que uno de los prin­cipales puntos sobre los que se encuentran trabajando desde el ministerio es el de la prevención de los hechos, ya que el objetivo es que los actos de violencia contra la mujer sean erradicados y que lograr ese cambio solo es posible a partir de un fuerte trabajo a nivel sociocultural.

Figueredo explicó que desde la cartera son consientes de esto y en lo que va del año ya han logrado llegar a aproxi­madamente 10.000 personas gracias a talleres organiza­dos a través de las goberna­ciones, municipios, escue­las, colegios y otros entornos donde se enfocan en identi­ficar los tipos de violencia y concienciar respecto al rela­cionamiento respetuoso desde el inicio de las relacio­nes. “Pusimos mucho énfa­sis en el programa noviazgo sin violencia que va dirigido a jóvenes para que de manera temprana ellos puedan darse cuenta de las señales de vio­lencia que se pueden ir dando; por otro lado, también nos dimos cuenta de que como la violencia y los hechos de vio­lencia en esta década aumen­taron y es generacional, tenía­mos que hablar con los adultos a quienes dirigimos charlas más maduras y enfocadas a relaciones de mucho tiempo de manera a poder identificar los signos de violencia”, espe­cificó la ministra de la Mujer.

Destacó además que este tipo de espacios son fundamenta­les para que las personas se den cuenta de cómo se ve o experimenta la violencia, ya que en muchas ocasiones las personas que la sufren no la saben identificar y sin perca­tarse ya se encuentran en un ciclo de violencia, pero como en la mayoría de los casos los hechos son romantizados.

DENUNCIA Y SEGUIMIENTO

Respecto al trabajo que rea­lizan desde la cartera de la Mujer sobre herramientas para agilizar las actuaciones interinstitucionales en casos de violencia contra la mujer, la ministra Cynthia Figueredo comentó que durante todo el año han trabajado en un sof­tware que trabajara a partir de una página web de acceso ciudadano donde se podrán no solo realizar las denuncias, sino monitorear el progreso de las mismas.

“Esta va a ser una herra­mienta para las institucio­nes públicas que están en la ruta directa de las denuncias, ¿por qué?, porque la denun­cia va a estar en tiempo real, nosotros como ente rector vamos a poder observar si es que ingresa una denuncia y si luego de seis horas aún no va a la Fiscalía, o la denuncia que está en la Fiscalía tiene un plazo de investigación, en qué estado está esa investiga­ción e inclusive eso nos dará a nosotros la mirada con datos estadísticos de los casos”, comentó Figueredo.

Con esta herramienta, que pretende ser lanzada a finales de este año, se espera poder contar con mayor control sobre las denuncias y brin­dar una red de apoyo mucho más amplia y segura para las mujeres que sufren de violen­cia en nuestro país y toman la decisión de abandonar este estado de violación constante de sus derechos.

QUÉ ES VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Las formas de violencia con­tra la mujer pueden ser diver­sas, tanto físicas, sexuales o psicológicas e incluyen este tipo de escenarios:

violencia por parte de una pareja (maltrato físico y psi­cológico, violación conyu­gal, feminicidio). Violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insi­nuaciones sexuales no desea­das, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero y cibernético). Trata de personas (esclavitud, explotación sexual). Mutila­ción genital. Matrimonio infantil.

MENSAJES QUE ALIENTAN

“A todas las mujeres que están en ese ciclo de violencia, en primer lugar tenderles la mano y que sepan que desde el Ministerio de la Mujer van a encontrar esa contención, esa ayuda, que esas mujeres que están en esa situación sepan que no están solas y que uti­licen los canales correspon­dientes y por sobre todo que se animen a pedir ayuda, y para la ciudadanía en general tanto hombre como mujeres que no normalicemos la violencia”, ministra de la Mujer, Cynthia Figueredo.

“Creo que lo más importante es instarle a las personas del entorno de la víctima a reali­zar las denuncias, porque no siempre la víctima se reco­noce como tal, y aún más si proviene de un entorno vio­lento, porque ya lo tiene nor­malizado y el entorno muchas veces si se percata de la situa­ción y es fundamental que este apoye a la víctima y no emita juicios sobre la misma, sino que le pueda dar conten­ción”, Elida Favole, encargada de la oficina técnica de género del Ministerio Público.

Respuesta efectiva de los órganos de Justicia puede salvar vidas

Cuatro casos por feminicidio y 244 casos por violencia familiar llegaron a instancias judiciales en el Palacio de Justicia de Encarnación.FOTO: ROCÍO GÓMEZ

En Itapúa registran un aumento de casos de violencia contra las mujeres, según la magistrada Liz Sanabria.

  • Por Rocío Gómez
  • Corresponsal en Itapúa

En el departamento de Ita­púa, desde enero hasta octu­bre de 2024, el Ministerio Público recepcionó 1.308 denuncias por violencia familiar, entre ellas maltrato verbal, golpes, abuso sexual, manipulación y amenazas.

En el Palacio de Justicia de Encarnación, cuatro casos por feminicidio y 244 casos por violencia familiar llega­ron a instancias judiciales a través de los juzgados de garantías del número 1 al 5 en Encarnación, el Juzgado de Garantías de María Auxi­liadora, el Juzgado de Garan­tías de San Pedro del Paraná y el Juzgado Penal de la Ado­lescencia.

Respecto a sentencias, hay dos condenas ejemplares por feminicidio y una condena por tentativa de feminicidio. La primera condena fue de 30 años al expolicía Ramiro Rodas, quien asesinó a su pareja Alicia Fernández, de 37 años, en el distrito de San Juan del Paraná. El femini­cida la violó, mordió y estran­guló, y fue el hijo que tenían en común quien encontró a su mamá sin vida a la mañana siguiente.

La segunda condena fue una pena de 23 años a Lelio Lugo, un hombre que golpeó a su pareja, Lourdes Ramona Mareco, de 49 años, en la cabeza y la arrojó al empe­drado desde su vehículo en movimiento en Pirapey. La última condena por femini­cidio en grado de tentativa fue contra Javier Maqueda Garay, de Cambyretá, quien fue sentenciado a 17 años de prisión por atacar a su expa­reja Laura Garcete con un cuchillo hiriéndola en ros­tro y cuello. La víctima sobre­vivió porque sus hermanos la auxiliaron.

Liz Sanabria de Gneiting, magistrada del Tribunal de Sentencia.FOTO: R.G.

FALTA DE CONOCIMIENTO DE LAS LEYES

Liz Sanabria de Gneiting, una de las magistradas del Tribu­nal de Sentencia que estuvo detrás de varias condenas ejemplares, expresa su preo­cupación desde el ámbito judi­cial por la falta de denuncias a raíz del desconocimiento de las leyes, el temor por la falta de protección y la falta de tri­bunales y juzgados especia­lizados en violencia contra la mujer. “Nos damos cuenta del aumento significativo de violencia contra las mujeres y, por ende, contra niños, por la cantidad de casos de juicios que manejamos por día. Son prácticamente cinco juicios por día y de ellos tres son abu­sos sexuales en niños y dos de violencia. Luego se divide en los demás hechos punibles comunes como hurto, homi­cidio, estafa, pero el mayor índice en primer lugar es el abuso sexual en niños, la pres­tación alimentaria y la violen­cia familiar, donde general­mente la principal víctima son las esposas y las vícti­mas colaterales, los hijos”, expresa.

Desde el estrado, los jueces escuchan todo tipo de histo­rias, pero las que más cons­ternan son sobre mujeres que no se animan a denun­ciar e incluso si denuncian, no tienen respuesta efectiva del Estado ni acceso a la Jus­ticia. Su principal inquietud es que las mujeres tengan un acceso efectivo a la Justicia, con respuestas prontas por parte de la Fiscalía y emisio­nes de medidas cautelares inmediatas por parte de los juzgados de Paz. Cada denun­cia con respuesta efectiva de los órganos de justicia signi­fica que se puede salvar una vida.

Los jueces preocupados de Itapúa por esta realidad no solo luchan contra la violencia desde sus despachos y salas de juicios, sino que viajan al inte­rior del sétimo departamento para capacitar sobre las leyes que amparan a las mujeres víctimas de violencia, ense­ñando tanto en escuelas como en barrios las vías legales para proceder apenas sufren amenazas o golpes.

LA MUJER RURAL

En el interior se vive una rea­lidad bastante distinta con respecto a la ciudad y con las experiencias de capaci­tación sobre leyes pudieron observar los marcados hora­rios, permisos y trabajo que tienen las mujeres. Cuando las actividades rondaban las 17:00, la mayoría de las muje­res se retiraron porque ale­gaban que debían meter las vacas a las casas, pero luego confesaban que sus maridos no las dejaban estar fuera del hogar una vez que oscurece.

Si bien la cantidad de juicios por abuso y violencia indica que hay más información sobre las formas de denun­ciar, la realidad demues­tra el miedo que sufren las víctimas. La mayoría de las denuncias llega por vecinos o personas que conocen los episodios de violencia en las casas. También sucede que una vez que llegan los casos al Palacio de Justicia, las mujeres se quieren desdecir, negar la denuncia y salvar a su pareja o marido, ya sea por dependencia emocional o dependencia económica.

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