La década del 2000 fue el periodo en que se registraron suce­sivos hechos de secuestros en el país. El 19 de noviem­bre de 2002, hace 22 años, la empresaria Graciela Dáva­los viuda de Pereira, su hija Ivanna Graciela, de 14 años y un empleado de la familia, también menor de 16 años (Arnaldo Ocampos), eran secuestrados. La empresaria fue la esposa del extinto diri­gente stronista Juan Eudes Pereira.

Fue el primer plagio después de la caída de la dictadura stronista. Ocurrió a las 07:15 cuando las víctimas estaban cerca de la plaza Monseñor Cezdich sobre la avenida Alejo García, a pocos metros de su vivienda ubicada en el barrio Juan E. O´Leary de Ciudad del Este, cuando se dirigían al Colegio Santa Teresita. Minu­tos después de las 21:00 del mismo día del secuestro, fue­ron liberados, tras pagar más 300 millones de guaraníes, en una negociación manejada exclusivamente por la familia, sin intervención policial, por pedido expreso de los secues­tradores. Estuvieron en cau­tiverio más de 14 horas en una casa del Área 5 de Presidente Franco, según se informó des­pués. Fue una muy larga jor­nada hasta que los criminales consiguieron el pago y liberaron a las víctimas. Los fiscales desig­nados para investigar la causa fueron Manuel Trinidad (Juez y luego diputado del PLRA) y Lulio Vicente Gamarra.

Los secuestrados fueron abandonados por sus capto­res en la vía pública, a pocas cuadras de la casa donde estu­vieron un día. Se trata de una vivienda del área 5 de Presi­dente Franco, ubicada en el lote 7 de la manzana 38, sobre la calle Las cordilleras. Trini­dad refiere que fueron unas 12 personas las que intervinie­ron y los criminales llegaron al sitio del secuestro en dos vehículos. También mencionó que el dinero fue dejado en las adyacencias de la residencia de la familia Oddone Sarubbi, en el km 4.5 de la ruta py02.

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Pasados 22 años del violento acto, Graciela Dávalos mani­festó a La Nación/Nación Media que, “con la ayuda de Dios y la Virgencita de Caa­cupe, hemos conseguido dejar atrás esos recuerdos, porque realmente lo que nos tocó vivir, fue muy difícil, porque hemos pasado momentos de mucho miedo, por sobre todo yo, por mi hija tan pequeña”.

DETENIDO

Ariel Galeano, alias patota, fue el único condenado por el hecho de secuestro con 4 años de prisión. El doctor Manuel Trinidad dijo que era como una especie de “guar­dia bueno”, según la propia víctima.

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