Eran entre la 1:00 y las 3:00 del 7 de noviem­bre del 2011, cuando se perfilaba que iba a ser un día caluroso de octubre, y una jornada más de trabajo para la ciudadanía. Pero ese día el país amaneció con la tremenda información de un hecho sin precedentes: un padre había asesinado a sus hijos de tan solo 1 y 3 años de edad. Este es el caso que te contamos en esta sección de Crímenes en la Historia.

El terrible suceso fue tan impactante debido a que el autor del hecho, identificado como Ricardo Giménez, dijo a las autoridades policiales que sus acciones son consecuen­cia de un pacto con Satanás. Agobiado por los problemas económicos, según confesó, en agosto de ese año hizo un pacto con Satanás, a quien ofreció su alma a cambio de G. 100.000.000, dinero que supuestamente debía usar para dar una mejor vida a sus hijos.

“Un pacto con Satanás hizo que matara a mis hijos por G. 100 millones, Satán se apo­deró de mí”, había manifes­tado Ricardo Giménez, en la Comisaría 9.ª de Limpio. Men­cionó que primeramente ase­sinó al más chico de sus hijos para posteriormente matar al segundo, quien quiso defen­derse e inclusive suplicó a su padre para que no lo matará.

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El terrible hecho se registró en el asentamiento El Bosque II, zona de Isla Aveiro, de la ciu­dad de Limpio, donde resi­dían los niños que fueron víc­timas del crimen. Los cuerpos de los niños fueron encontra­dos en medio de un eucalip­tal, a orillas de una laguna, en la nueva fracción Liebig, ubi­cada a 3.000 metros del asen­tamiento El Bosque II donde vivían los dos menores.

ABANDONADO POR SU ESPOSA

El hombre responsable del doble homicidio era conocido en su barrio por ser “trabaja­dor”, se dedicaba a la venta de dulces en el centro de Limpio. Ricardo estaba separado de su esposa, quien había viajado a la Argentina para trabajar. Según comentó, en principio su exes­posa enviaba dinero, pero luego la ayuda económica así como la comunicación se aca­baron y eso empezó a afectar al hombre.

Según comentaron los vecinos, la mujer se fue cansada de los malos tratos que recibía de su pareja, quien la golpeaba. El hombre también tiene ante­cedentes por maltratar a sus hijos, lo que fue aumentando cuando la madre abandonó la casa. Del mismo modo, varios vecinos del hombre mencio­naron que “la separación de su pareja aparentemente había afectado al hombre, que pos­teriormente tomó la decisión de acabar con sus hijos”. Es por eso que una de las hipótesis que manejaron las autoridades era el de la venganza.

CONDENADO A 18 AÑOS DE CÁRCEL

Según había señalado la fiscala de Limpio Rosa Heinroth, el hombre llegó hasta la Comi­saría de Limpio a las 14:00, donde confesó el hecho, por lo que una comitiva fiscal acom­pañó al padre de las criaturas hasta el lugar donde consumó el crimen.

Pero, como el homicidio se realizó entre la 1:00 y las 3:00, no se podía ubicar el sitio; sin embargo, luego de una hora de búsqueda hallaron los cuer­pos de B.J. y R.I., uno al lado del otro, alrededor de las 15:30. La fiscala dijo que los niños fallecieron por asfixia y que el mayor de los hermanos tenía una fractura de cráneo y un pañuelo en la boca.

Luego del macabro hallazgo, la Fiscalía procedió a la imputa­ción del filicida. En el marco del juicio oral, la defensa intentó argumentar que el hom­bre no estaba en sus cabales cuando cometió el crimen. Sin embargo, la forma en que comentó los hechos y tampoco mostró arrepentimiento, por lo que el Tribunal de Sentencia lo condenó a 18 años de cárcel.

MERIENDA EN HONOR A LOS ANGELITOS

Ambos fallecidos de forma violenta en manos de su pro­pio padre tenían toda una vida por delante, pero perecieron de forma trágica en manos de su propio padre. Tras el terri­ble hecho, la madre de los niños volvió de la Argentina y habría donado la vivienda donde vivían los niños a una de las vecinas que siempre se encargó de ellos.

El crimen causó conmoción en el vecindario, por lo que, cada 7 de noviembre se organizan para ofrecer una merienda a los niños del barrio, como una forma de honrar la breve e intensa vida de estos angeli­tos, cuyas vidas fueron trun­cadas por un macabro pacto.

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