Hace 18 años que Andy Moreno Wiebe fue víctima de un brutal accidente de tránsito que casi le costó la vida y hasta la fecha el autor del terrible suceso, Bruno Madelaire, nunca se hizo cargo. Moreno pide justicia, teniendo en cuenta que su causa volvió a foja cero en julio pasado. La víctima del percance recuerda todo lo vivido desde el primer día del accidente. A sus 19 años, Moreno iba conduciendo su motocicleta sobre la avenida Mariscal López con dirección a Kubitschek. Al llegar a la altura de la calle Zanotti Cavazzoni, una camioneta de gran porte, que circulaba a gran velocidad en dirección contraria, realiza un giro indebido y lo atropella de frente.

La moto se incendió, con Moreno aún encima, lo que le causó quemaduras de hasta tercer grado. La camioneta estaba al mando de Bruno Madelaire quien, según la denuncia, iba en estado de ebriedad y antes que socorrer al joven, aceleró la marcha dejándolo tendido en el asfalto. “El conductor del vehículo hizo un giro indebido sobre la avenida Mariscal López, me atropella de frente y la moto explotó, desde ese momento cambió mi vida porque tengo 35 % de mi cuerpo con quema­dura de tercer grado, perdí 12 dientes, me rompí las costillas y la pierna derecha quedó muy mal y a su vez un tercio de mi cara facial tengo reconstruida, porque mis huesos se hicieron polvo y desde ese momento cambió mi vida”, relató la víc­tima del terrible suceso.

Agregó que tras el accidente le llevaron a Emergencias Médi­cas y luego al Hospital Bautista donde estuvo 33 días con tra­queotomía, “porque no podía respirar solo y en total estuve dos meses en terapia intensiva”. Añadió que luego de seis años del accidente, de vivir tantos dolores fue amputada la pierna y el único pie que tengo no tiene sensibilidad”, expresó. Andy cuenta que el autor del hecho “nunca se hizo cargo de nada, desde el día del accidente hasta la fecha”. Acotó que “ofreció una suma de dinero, mi abogado está manejando eso, pero hasta el momento no cumplió nada”.

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LE PRACTICARON 52 CIRUGÍAS

“Económicamente este señor dejó un enorme bache en mi familia porque mis padres casi vendieron la casa, pero gracias a Dios también mis amigos estuvieron con nosotros”.

Sostuvo que en estos últi­mos años se tuvo que reali­zar 52 cirugías en Paraguay, Argentina y Alemania para poder tener una vida más lle­vadera, “pero el bache eco­nómico que me dejó este señor no tiene nombre, hace 18 años que estoy luchando con una demanda civil para cobrar algo”, puntualizó. El joven reclama justicia.

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