La danza es una de las expresiones artísticas más antiguas y admiradas del mundo. Tiene el poder de transmitir los sentimientos con un lenguaje único que mezcla la música y la expresión corporal, y es un talento con la que se nace, como es el caso de Fausto Mendoza.
Él es un niño de tan solo 11 años, quien a su corta edad logró posicionarse entre los 12 mejores bailarines juveniles contemporáneos a nivel mundial, y además, representa constantemente a Paraguay en competencias regionales, donde obtiene ovaciones de pie por su gran talento y destreza.
En conversación exclusiva con La Nación/Nación Media, la madre de Fausto, la señora María Laura Cortés, recordó que la inclinación de Fausto hacia la música y la danza inició a muy corta edad y prácticamente empezó a bailar cuando dio sus primeros pasos, impresionando a todos por cómo podía coordinar sus movimientos con el ritmo de la música.
“Desde que era bebé veíamos sus movimientos cómo coincidían perfectamente con el ritmo, luego con el paso de los años, vimos que hacía sus propias coreografías y se iba perfeccionando, a los 4 años lo llevamos a la audición para el Instituto Municipal Artes de la Municipalidad de San Lorenzo y ahí el profesor me apartó y me habló del gran talento de mi hijo y de ahí no paramos”, indicó la señora Cortés.
Admitió que, si bien su hijo se sentía profundamente atraído por bailar, desde el primer momento que empezó las clases, como familia, conversaron con él y le hicieron entender que esta faceta en su vida también era una responsabilidad importante y que requería de un compromiso por su parte para que se puedan ver los frutos del esfuerzo que realizaba.
“Nosotros como familia nos reunimos y le dijimos: lo que vos comenzás, vos terminás. Es un principio familiar, no es un simple pasatiempo, él lo toma con mucha seriedad y responsabilidad. Tanto para nosotros como para él es algo serio, es una carrera, después de 12 años se va a recibir como profesor y es una excelente salida laboral también”, reflexionó la madre del niño Fausto.
BAILARÍN DESTACADO
Actualmente, Fausto Mendoza se encuentra cursando el sexto año de danza clásica, el tercero en danza española y el cuarto en danza paraguaya, destacándose particularmente en sus coreografías de danza contemporánea, con las que ha llamado la atención por su increíble versatilidad de movimientos.
En conversación con La Nación/Nación Media, Fausto remarcó cuán central es la danza en su vida, ya que lleva una rutina muy estricta que engloba sus estudios, pasatiempos y por, sobre todo, sus horas de entrenamiento y clases de danza, las cuales se intensifican cuando está en puerta alguna presentación o competencia.
“Para mí la danza es algo muy importante en mi vida, así como a los niños les apasiona o les gusta el fútbol, a mí me encanta la danza, y me encanta practicar danza, porque mi familia está conmigo, porque cuando vos sos bailarín, sí o sí necesitas el apoyo de tus padres o tus familiares”, indicó el niño bailarín.
BECAS
Debido a su talento y alto potencial, Fausto consiguió dos propuestas de becas a nivel internacional, una en Inglaterra y otra en Estados Unidos, pero necesita pagar los gastos de traslado, motivo por el cual sus padres se encuentran realizando diversas actividades para poder contar con los fondos necesarios.
La madre de Fausto comentó que si bien han realizado varias actividades para juntar los fondos, no están pudiendo llegar a los 25 millones de guaraníes que necesitan para, al menos, participar de una de las becas artísticas a la que está invitado Fausto. Es por eso que continúan trabajando y viendo los medios para poder viajar, ya que son academias sumamente prestigiosas.
“Si no logramos recaudar todo el dinero, no tendremos de otra que declinar estas invitaciones y seguiremos luchando, claro, participando de otras competencias, seguiremos sumando cursos y así hasta poder conquistar más sueños con Fausto”, remarcó María Luisa.
SEGUIR BAILANDO
El objetivo tanto de Fausto como de su familia, la cual lo apoya incondicionalmente, es que él continúe demostrando sus habilidades artísticas en más escenarios tanto a nivel nacional como internacional y que su crecimiento como bailarín no se frene jamás.
“Cuando bailo, yo me siento muy feliz, cuando estoy en el escenario siento como si fuera que tengo que bailar para alguien muy importante, siempre me siento así y me gusta. Espero que si la gente me ayuda sea de corazón y no lo hagan solo conmigo, sino que también con otros niños, que como yo sueñan con ser grandes artistas”, finalizó Fausto.
Para quienes deseen ayudar al niño bailarín a seguir cumpliendo sus sueños, pueden contactarse con él a través de su madre María Luisa Cortés al número (0981) 660-026.