La invaginación intes­tinal es un trastorno poco frecuente; ocu­rre cuando un segmento del intestino se desliza y se intro­duce en otra parte del mismo. Normalmente, esta patolo­gía afecta a niños menores de tres años, pero también se presentan casos en adul­tos, en su mayoría ya en ins­tancias de urgencias.

Si se interrumpe el suminis­tro de sangre, los tejidos del segmento del intestino que se introdujo dentro del otro pueden morir o se puede generar una perforación, pro­duciendo un sangrado signi­ficativo.

En la mayoría de los casos que involucran a niños, se desco­nocen las causas de la obstruc­ción intestinal. Aunque sea poco usual, cuando los casos se dan en adultos normal­mente se deben a una causa subyacente, como un tumor.

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Cuando se trata de niños, las obstrucciones pueden ser reparadas con manio­bras médicas menos invasi­vas, como el enema de aire o enema de contraste; pero en los adultos, una vez que se determina si se trata de una invaginación parcial o total, en casi la totalidad de los casos el paciente debe ser sometido a una cirugía de urgencia.

La invaginación intestinal ocurre cuando un segmento del intestino se desliza y se introduce en otra parte del mismo.FOTO: GENTILEZA

En conversación con La Nación/Nación Media, el coloproctólogo Daniel Muñoz explicó que, si bien son casos poco frecuentes en adultos, es importante que los pacientes que presentan los síntomas de una obstrucción intestinal puedan ser sometidos a estu­dios básicos como una radio­grafía de abdomen de pie, una placa de tórax, una radiogra­fía y al final una tomografía para contar con un mejor panorama.

“Cuando vemos a los adultos, por lo general los vemos en las urgencias y en cuadros de obstrucción intestinal com­plejos, el paciente ya se va a consultar por dolor agudo en el abdomen, ya no puede ven­tosear y su abdomen se hin­cha como un tambor porque no puede parcial o totalmente eliminar el contenido intesti­nal”, indicó Muñoz.

CIRUGÍA

El profesional manifestó que cuando se trata de adul­tos normalmente se decide rápidamente que sean sometidos a cirugía y una vez tomada esta decisión el equipo médico debe estar preparado para enfrentar cualquier tipo de circuns­tancias, ya que pueden encon­trarse con una masa o tumor tanto benigno como maligno y se debe dar un tratamiento adecuado.

“Si vos tocás un tumor, vos no sabés si es maligno o benigno y muchas veces esas cirugías terminan en colectomías que pueden ser de carácter onco­lógico, uno quita el segmento y también quita la grasa que está al lado del colon y son cirugías grandes y sin diag­nósticos previos”, agregó el médico.

Debido a este tipo de esce­narios complejos, las inter­venciones deberán ser rea­lizadas en centros médicos dotados de equipos y profe­sionales capacitados para actuar de manera eficaz, pre­viendo de esta manera que el paciente sufra cualquier tipo de secuela y que el estudio de la masa extraída pueda ser llevada a cabo lo más rápido posible en caso que se dé el descubrimiento de una.

SÍNTOMAS

En la totalidad de los casos y en especial en los niños, el dolor abdominal es el princi­pal síntoma, pero es impor­tante entender que este dolor, en especial en los adul­tos, puede permanecer por varios días e inclusive pre­sentar variación de intensidad, en algunos momentos más tolerables que en otros, así también se van sumando otros síntomas como vómitos, fiebre, entre otros.

Cuando se trata de niños, las obstrucciones pueden ser reparadas con manio­bras médicas. En tanto que en adultos, en casi la totali­dad de los casos el paciente debe ser sometido a una cirugía.

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