Si bien en nuestro país actualmente las muje­res gozan de la posibi­lidad de desarrollar una vida política y cívica activa, la conce­sión de estos derechos para las mujeres paraguayas significó un largo proceso de lucha. Una de las organizaciones femeni­nas clave para el logro del voto femenino fue la Liga Paraguaya Pro-Derechos de la Mujer. Esta entidad fue fundada un día como hoy, pero del año 1951, por la destacada abogada feminista Mercedes Sandoval de Hempel y estaba constituida por muje­res organizadas en su mayo­ría abogadas y universitarias, afiliadas al Partido Colorado y otros movimientos políticos de la época.

La primera presidenta de la organización fue Concepción Rojas Benítez, representante paraguaya ante la Comisión Interamericana de Mujeres, inmediatamente tras su fun­dación las integrantes de la liga empezaron a trabajar para conseguir el sufragio feme­nino con la presentación del proyecto por la “igualdad civil y política de ambos sexos”.

Publicación del periódico vocero de La Liga “El feminista” en enero de 1959.FOTO: GENTILEZA

Entre los fines de la Liga Para­guaya Pro-Derechos de la Mujer se destacaron una cam­paña de carácter nacional, tendiente a la obtención de la igualdad de derechos, sin dis­tinción de sexos, y para el efecto se desarrollaron una labor de divulgación cultural, capaci­tación de la mujer con el fin de que las leyes puestas en vigor den el resultado esperado de un mejoramiento en el orden indi­vidual, familiar y social.

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También promovieron la con­ciencia colectiva en favor de los derechos de la madre y el niño, velaron por el mejoramiento de las condiciones de trabajo de las mujeres empleadas y obreras, propiciaron accio­nes tendientes a la conserva­ción de las buenas costumbres, y sembraron ideas de justicia, orden, paz y progreso, dentro de los principios democráticos que nos rigen.

La Liga además ayudó en la medida de sus posibilidades a la publicación, difusión y pre­sentación de obras científicas, literarias y artísticas produ­cidas por la mujer, bregó por la elevación del nivel cultural, profesional y económico-so­cial de la mujer, coadyuvando en las tareas de alfabetización de adultos con creación de escue­las vocacionales y cualquier otro medio indicado para el efecto.

ACCIONES

El primer proyecto definido de La Liga fue presentado el 25 de agosto de 1951 a la Cámara de Representantes por el congre­sista colorado Hipólito Sánchez Quell, durante la sesión en que se trató la ratificación de la Con­vención Interamericana sobre la Concesión de los Derechos Civiles y Políticos a la Mujer de la Organización de los Estados Americanos (OEA), firmada en Bogotá en 1948, pero el proyecto no logró prosperar.

Ante la no aprobación del ante­rior proyecto, La Liga presentó un nuevo proyecto de ley en 1952, esta vez de la mano del congresista Manuel B. Mon­gelós, bajo el título “Por el que se reconoce la igualdad jurí­dica del hombre y la mujer en el ejercicio de sus derechos”, pero tampoco fue considerado.

La Liga escribió una nota al Congreso, la cual no obtuvo ninguna respuesta. También apelaron al Ministerio de Jus­ticia, pero obtuvieron solo el silencio de la institución. Ante este escenario, la organización insistió y finalmente en 1953 se conformó una Comisión de Juristas que redactó un nuevo anteproyecto de ley para los derechos civiles de las mujeres.

Los analistas fueron los abo­gados J. Augusto Saldívar, Manuel B. Mongelós y Luis de Gásperi y tras meses de trabajo y posterior análisis, el Con­greso aprobó la Ley 236 de los Derechos Civiles de la Mujer, en donde quedaron rezagados varios de los artículos funda­mentales para garantizar la aplicación de la ley.

“Los derechos de la mujer eran nulos. La mujer era conside­rada no solamente en Para­guay, sino que en la región, como una suerte de niño, dependiente siempre del padre, hermano o el marido y así suce­sivamente y más aún cuando contraía matrimonio porque se anulaban sus derechos y dependían completamente de la voluntad del esposo”, explicó la historiadora y profesora Noelia Quintana.

Las mujeres integrantes de La Liga no se sintieron satisfechas con la aprobación de la Ley 236 y decidieron luchar por los dere­chos políticos, y empezaron a través del periódico “El femi­nista”, vocero oficial del movi­miento, destacar las ventajas que tendría para la democra­cia y el desarrollo del país a nivel internacional que las mujeres puedan sufragar y participar activamente de la vida cívica.

En el “El feminista” solicitaban aprobar la ley de sufragio femenino.FOTO: GENTILEZA

La profesora Quintana destacó que una de las estrategias uti­lizadas por La Liga era justa­mente realzar el protagonismo de las mujeres en etapas cru­ciales de la historia paraguaya como, por ejemplo, las guerras, donde gracias a la donación de sus únicos bienes propios que eran sus joyas las mujeres de la época lograron sostener gran parte de las contiendas.

En 1960 Paraguay recibió la visita de la doctora Graciela Quan Valenzuela, presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres parte de la OEA, para ese entonces nuestro país era el único de la región que aún no contaba con el voto femenino y si bien la visita de la Dra. Quan fue estimulante no logró cam­biar la condición política de las mujeres paraguayas.

PROMULGACIÓN

“Paraguay estaba muy reza­gado con relación a los países circundantes vecinos y a toda Sudamérica y era básicamente algo contrario al espíritu de la época, en la que ya existía un progresismo de abarcar más a toda la sociedad en el rango de votación, incluso muchas sufragistas organizaron movi­lizaciones y repartirían panfle­tos que decían ‘En Paraguay votan los extranjeros, pero no las mujeres’”, señaló Quintana.

Finalmente, el 5 de julio de 1961, el Ejecutivo promulgó oficialmente la Ley 704/61 de derechos políticos de la mujer, luego de 7 años de lucha cons­tante por parte de Liga Para­guaya Pro-Derechos de la Mujer que posterior a este triunfo paso a llamarse Liga Paraguaya de los Derechos de la Mujer.

La historiadora Noelia Quin­tana explicó que si bien a partir de este hecho se abrieron espa­cios políticos para las mujeres no se dio de manera igualitaria el hecho de que las mujeres se presenten a elecciones y sean votadas, motivo por el cual la representación parlamentaria o en cargos públicos era prácti­camente nula.

“Actualmente, la mujer para­guaya está visualizada en la política paraguaya, pero comparando con los varones es en un porcentaje mucho menor, lamentablemente aquí en Paraguay las mujeres que ejercen un rol de decisión están muy expuestas a la vio­lencia de todo tipo, por su con­dición de ser mujeres y aún tie­nen una lucha importante que realizar por ganar la igualdad completa”, comentó Noelia Quintana.

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