El comisario Diosnel Alarcón, jefe de Deli­tos Informáticos de la Policía Nacional, dio a cono­cer cifras alarmantes de fraude concretado a través del robo de celulares con el único fin de vaciar las cuen­tas bancarias de las víctimas. El año pasado los criminales lograron alzarse con más de un millón y medio de dólares mediante esta nueva modali­dad de delincuencia y actual­mente se recibe un prome­dio de doce denuncias de este tipo por mes.

“De hecho que hay varias modalidades que explotan los delincuentes. Hoy en día el robo del teléfono lo hacen ya con una intención diferente, no por el valor del teléfono sino por el valor que tiene en las informaciones que pueda tener el aparato”, señaló a la 1080 AM. Es así que el obje­tivo primordial del hurto del celular pasa por la extrac­ción de dinero de las cuentas corrientes de las personas. “Y para ello hoy en día desblo­quear la pantalla de un dispo­sitivo es sumamente fácil, a veces cuando primero las per­sonas utilizan alguna contra­seña muy débil. A eso noso­tros le llamamos ataques de fuerza bruta, el que adivina tu contraseña. Y después el tra­bajo del técnico que tiene esas herramientas con software especiales que hacen esos ata­ques hasta adivinar la contra­seña”, mencionó.

El Policía explicó que el pri­mer paso del robo consiste en la venta del teléfono a un precio accesible. “No lo ven­den muy caro porque la mayo­ría de esas personas lo vende rápidamente y ese reducidor tiene su técnico que le desblo­quea y que pueda empezar a hacer las transferencias. Y esas transferencias lo hacen de manera ramificada a dife­rentes personas, de tal forma a despistar toda esa gama de investigación que hacemos”, detalló.

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INGENIERÍA SOCIAL

En cuanto al mecanismo utilizado por los ladrones, dijo que las técnicas apli­cadas para diferentes ser­vicios son aplicaciones que funcionan generalmente con los números de cédula. “Des­pués necesitan el pin tran­saccional que normalmente al abrir el teléfono pide para hacer las diferentes opera­ciones. Hay una que al abrir el teléfono las personas ano­tan en block de notas en el dispositivo y ahí es fácil para el delincuente para empezar a hacer las transacciones”, manifestó.

La otra vía es la conocida como la ingeniería social que utilizan los mensajes y correos de la víctima. De esta manera el delincuente intenta obtener el pin de forma engañosa si no pudo acceder fácilmente. En cuanto al dinero que se ha movido a partir de delitos informáticos en Paraguay, el comisario Alarcón dio cifras asombrosas.

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