El Dr. Abel Figueredo, del Departamento de Oftalmo-Pediatría de la Cátedra y Servicio de Oftalmología del Hospital de Clínicas, habló a cerca de los riesgos asociados al abuso en el uso de tabletas y celulares en niños, especialmente a una edad temprana. Instó a poner límites en el uso.
Afirmó que se desaconseja el uso de tabletas y móviles en niños menores de 2 años. Para aquellos entre 2 y 4 años, se sugiere un máximo de una hora al día, mientras que para los mayores de 5 años hasta la adultez se recomienda no superar las dos horas diarias.
Una de las consecuencias más comunes observadas por los especialistas del hospital escuela dijo que es el desarrollo de miopía en niños expuestos prolongadamente a dispositivos electrónicos. La miopía se caracteriza por un crecimiento excesivo del ojo, lo que dificulta la visión a distancia. El especialista refirió que es crucial consultar con un oftalmólogo desde el nacimiento para detectar y tratar cualquier problema visual, en especial la miopía que se suele detectar de manera tardía. Agregó que en el Departamento de Oftalmo-Pediatría del Hospital de Clínicas asisten a niños desde su nacimiento, incluidos prematuros a quienes controlan luego de manera anual.
Explicó que el ser humano no está diseñado para gastar tanto tiempo enfocado de cerca. Añadió que la miopía también tiene una carga genética que puede gatillarse o empeorar con los malos hábitos, en especial desde temprana edad.
“Instamos a los padres a limitar las actividades cercanas a la visión, como el uso de celulares y tabletas, y a fomentar actividades al aire libre. Una manera para ir alejándoles de los teléfonos es, por ejemplo, que reemplacen celular por la televisión, y luego a partir de eso es disminuir lo que es también la televisión, pero tener presente que el mayor daño se produce con la visión cercana que se da con el uso de celulares y tabletas”, destacó.
Agregó que el año pasado, una campaña de atención en una escuela, reveló que casi la mitad de los estudiantes necesitaban anteojos, destacando la importancia de los controles oftalmológicos regulares y poner límites a las pantallas. Cree que aunque existe una tendencia creciente hacia el uso de dispositivos en las instituciones educativas, es crucial ejercer moderación y no permitir que estos dominen el tiempo de estudio de los niños porque puede resultar perjudicial para la vista.