Para muchas personas de todas las edades, pacientes crónicos o terminales, el trasplante de órganos, tejidos o células es un tratamiento válido a las enfermedades cardiacas, pulmonares, renales, oncohematológicas, entre otras, señala la agencia IP.
En algunos casos, hace la diferencia entre la vida y la muerte, y en otros, mejora la calidad y la expectativa de vida. Esta alternativa es una esperanza para recuperar la normalidad, retomar actividades laborales, trabajar y disfrutar del tiempo en familia.
En nuestro país, el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT) es el organismo rector, coordinador y financiador de todas las actividades referentes a la donación y los trasplantes. Actualmente, existe un total de doscientos sesenta y seis (266) personas registradas en la Lista de Espera Única Nacional de nuestro país.
Cabe aclarar que los pacientes que necesitan tejidos (fuera de las córneas) no están registradas en una lista de espera ni tampoco los pacientes portadores de enfermedades oncohematológicas. En estos casos se plantean las soluciones de manera inmediata según disponibilidad de los tejidos (en los bancos de tejidos) o de donantes en caso de trasplante de médula ósea (CPH).
Los enfermos renales con indicación de trasplante, en caso de tener un donante vivo en la familia, tampoco ingresan en la lista de espera.