El gobernador de Boquerón, Harold Bergen, habló del impacto de la sequía en la región chaqueña que ya oca­sionó la muerte de diez perso­nas en una semana y hay cien­tos de animales desahuciados por la falta de agua. Lamentó que las malas condiciones de los caminos obstaculicen la entrega del vital líquido a las familias afectadas.

“Esto es algo cíclico que cada año ya conocemos que hay una sequía, pero se vol­vió más extremo este año y también con el calor que hubo muy temprano. Empezó en setiembre y ahora en noviem­bre son altas temperaturas que no suelen ser de esta mag­nitud”, dijo al canal GEN/Nación Media durante la emi­sión del programa “Así son las cosas”. Otra situación preocu­pante es el pésimo estado de los caminos que llevan a dis­tantes localidades del Chaco. “Los caminos están en malas condiciones por la sequía que es otro obstáculo y muchas veces es difícil de llegar con las aguas al sitio por los caminos. Es otro aspecto que nos complica la situación”, aseveró.

El jefe departamental también se refirió al impacto de la sequía en la economía local y valoró la ayuda estatal consistente en insumos alimenticios para los pobladores. “Gracias a la Secre­taría de Emergencia Nacional (SEN) y también al presidente de la República se consiguieron kits de víveres que esta semana vamos a completar a todos los pueblos originarios. Ya esta­mos hace quince días entre­gando eso y es una gran ayuda porque todas sus plantaciones ya murieron por la sequía”, sig­nificó. Bergen aclaró que la carencia de alimentos por la pérdida de los cultivos se pudo subsanar con la asistencia del Gobierno central. “Según el último censo contamos con 70.0000 habitantes y 50 % son de pueblos originarios. Estamos trabajando con la SEN con muy buena coordi­nación y también con Essap, el Ministerio de Obras Públi­cas nos ayuda con la parte de los caminos”, detalló.

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En este punto, el goberna­dor destacó la ayuda estatal aunque afirmó que “igual es duro pelear” por la distancia entre una comunidad y otra, algunas están incluso a 250 y 300 kilómetros de la capi­tal departamental, conforme expresó.

“Eso complica porque si los caminos están rotos tenemos que usar el tractor para que llegue el camión con los víve­res. Para que llegue el camión con agua también tenemos que preparar tractores para que le ayude a pasar por esos caminos totalmente rotos”, remarcó.

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