Hoy 22 de octubre, en el marco de la conmemoración de los 46 años de la canonización de San Chárbel, se realizará una misa de sanación a las 11:00, en la parroquia San Chárbel ubicada en Itá Enramada, en la ciudad de Asunción. La celebración será presidida por monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo emérito de Asunción. En esta ocasión especial será exaltada una reliquia perteneciente a San Juan Pablo II.
La reliquia será exhibida en un relicario, el cual contiene una cápsula donde se encuentra una gota de la sangre del santo, mojada en un pequeño paño. Esta pieza está certificada por la Iglesia católica como una reliquia de primer grado, y luego de su entronización, permanecerá en nuestro país y recorrerá las parroquias de la zona para su veneración.
El padre Pedro Showah, párroco de San Chárbel, invitó a todos los devotos a unirse a esta celebración donde además de la entroni-zación de la reliquia de San Juan Pablo II, y la conmemo-ración de la canonización de San Chárbel, se estará reali-zando una procesión alrede-dor del templo al finalizar la ceremonia. Es importante destacar que las reliquias de primer grado, como la que será recibida y custodiada en la parroquia San Chárbel son poco comu-nes, ya que portan en su inte-rior una parte del cuerpo del santo, ya sea sangre, cabello o un trozo de hueso, y, por lo tanto, no se puede distribuir en serio por todo el mundo.
SAN CHÁRBEL
Conocido como el “el Hombre de los Milagros”, o el “ermi-taño del Líbano”, San Chárbel es el primer santo del Líbano y uno de los más conocidos y milagrosos santos orientales. Nació en Beqakafra, Líbano, cercano a los famosos Cedros. Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac, piadosa familia de campesi-nos. Fue bautizado a los ocho días, recibiendo por nombre Yusef (José). A los 20 años de edad, Yusef era el sostén de su casa. Es el tiempo de contraer matrimonio, pero el se siente llamado a otra vida. “Deja todo, ven y sígueme”. Des-pués de tres años se decide, y sin despedirse de nadie, una mañana del año de 1851 se dirige al convento de Nues-tra Señora de Mayfouq, donde será recibido como Postu-lante y luego como Novicio. En 1853 fue ordenado como sacerdote. Anhelaba fervien-temente ser ermitaño. Dor-mía solo tres horas reposando sobre una tabla cubierta de hojas secas con un trozo de madera como almohada. A mediados de diciembre de 1898, se enfermó y murió justo antes de la consagración mientras celebraba la misa. Para su beatificación se nece-sitaba un milagro reconocido por médicos y teólogos, en el caso de Chárbel se contaron hasta 1.200 milagros.