Los casos de broncoas­piración son motivos de preocupación en los consultorios de pediatría. El doctor Robert Núñez afirmó que es frecuente atender niños involucrados en este tipo de accidente, por lo que recomendó no dar maní ni pororó a los menores de tres años, ya que los pequeños no tienen aún bien desarrollado el proceso de deglución.

“Esto internacionalmente se maneja como obstrucción de vías aéreas por cuerpo extraño y tiene un protocolo de manejo. El tema de la bron­coaspiración puede ser tanto en pequeños como en adul­tos. Y la presencia de cuerpo extraño en vías aéreas respi­ratorias que puede ser como un reflujo de las vías digesti­vas hacia arriba y va a las vías respiratorias”, refirió Núñez en entrevista en Unicanal.

El pediatra explicó que los casos generalmente se rela­cionan con enfermedades neurológicas o incapacidad para deglutir. “La informa­ción que más nos llama la atención es la obstrucción por el cuerpo extraño por una aspiración. Por una introduc­ción del cuerpo extraño que se da generalmente en los menores de tres años hasta los cinco años”, señaló.

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Mencionó entre los facto­res que predisponen a la broncoaspiración el hecho de que a esa edad, el menor no desarrolla aún por com­pleto el proceso de deglución. “Todavía esa articulación no es muy buena; segundo, falta de molares, no se mas­tica por completo también, o sea una falta de masticación”, expresó.

Por otro lado, el médico manifestó que el accidente suele ocurrir porque la cria­tura está generalmente corriendo, riéndose “y eso también puede complicar a que vaya en vez del tubo digestivo, pase a la vía res­piratoria”. “Ahí tenemos dos casos que son la obstrucción completa cuando el niño no puede hablar, no puede toser y ya empieza una depresión respiratoria, ya no puede respirar. Y la obstrucción incompleta es cuando hay tos, puede hablar y con el sim­ple hecho de la tos ya puede expulsar”, puntualizó.

El exdirector de la XVIII Región Sanitaria contó que “pasa frecuentemente” que las vías respiratorias sean obstruidas por broncoaspira­ción de maní y otras semillas, además del pororó. “Vimos el caso de un niño que obstruyó completamente sus vías res­piratorias porque entró el maní y se infla eso y obstruye más todavía la parte del árbol respiratorio. Lo primero que se puede hacer en un lactante son las maniobras para tratar de desobstruir esa vía aérea. Si a los primeros minutos no se consigue eso, ya antes de empezar la maniobra se debe llamar a un servicio de salud y llevarle al centro asistencial”, expresó.

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