Rocío Gómez, corresponsal en Encarnación, @ro_wachugi
Denis Medina es un joven encarnaceno de 30 años y al defender su tesis, el 3 de junio, se convirtió en el primer kinesiólogo con discapacidad visual en Itapúa. Hace 9 años trabaja en el ámbito de la salud y sueña con ser lo más útil posible a la sociedad.
Cuando solo tenía 4 años quedó totalmente ciego por desprendimiento de ambas retinas, un problema hereditario. Su familia intentó por todos los medios revertir la ceguera, pero tras 12 cirugías, 10 de ellas en Buenos Aires, aceptaron la realidad de que Denis ya no volvería a ver.
“Desde ahí luché para incluirme en la escuela, porque en 1997 aún no era obligatoria la inclusión de personas con discapacidad. Mucho tiempo tuve que hacer mis estudios desde casa”. Recuerda que desde Centros de Ayuda a Personas Ciegas le enseñaron el sistema Braille para poder leer textos con el tacto, y así fue como pudo culminar sus estudios primarios y secundarios.
Hace 9 años trabaja en el Parque de la Salud de la Municipalidad de Encarnación, y atiende pacientes como masoterapeuta. Una vez que le entreguen el título, a fin de año, espera ser contratado como kinesiólogo. Sus pacientes son principalmente adultos mayores y embarazadas con dolores lumbares agudos, fracturas, hernias discales y ayuda a todos a recuperarse íntegramente.
Trabajar como terapeuta en masajes hizo que Denis desee estudiar kinesiología, culminando sus estudios en el Instituto Superior Profesional Avanzado (ISPA) tras 6 años y medio de muchísimo esfuerzo. Su principal desafío fue la parte práctica, porque para todo lo teórico cuenta con una aplicación que verbaliza todo lo que sucede en las pantallas que utiliza, tanto computadoras como celular.
“Algunos docentes me dijeron que no iba a poder terminar la carrera, y ese golpe en vez de tirarme abajo me impulsó y hoy en día puedo decir que soy un licenciado en kinesiología gracias a la negativa de algunos, pero principalmente al apoyo que me dieron colegas, familia, amigos, pacientes, todos los que me conocen y saben de mi potencial”, asegura el flamante licenciado.
No tiene pareja sentimental, pero asegura haberse enamorado con todo el corazón. “Sí me enamoré, pero realmente amo mi libertad. Mi mayor sueño es viajar y conocer países tropicales”, confiesa el joven encarnaceno.
Tras tantas cirugías, luchas y logros, deja su mensaje principal: “Yo siempre digo a la gente, con o sin discapacidad, que no decaigan, que luchen por lo que quieren, que alternativas siempre hay y es cuestión de buscarlas. A veces tardamos un poquito más, pero lo importante es llegar al objetivo trazado”.