AFP.

En las elecciones de hoy domingo se escogerá a un presidente por los próximos cinco años, así como el parlamento. Aun­que muchos mitines se han hecho en la lengua guaraní, ni en el Congreso hay alguna representación indígena ni tampoco existe algún par­tido político de reivindica­ción indigenista.

Con 7,5 millones de habitan­tes, en Paraguay perviven apenas unos 117.000 indíge­nas, menos de 2% de la pobla­ción, pertenecientes a nueve pueblos que cuenta cada uno con su respectiva lengua, según el censo del 2022.

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“Paraguay es el único país de América Latina que con­serva oficialmente una lengua indígena para la población no indígena. Los hijos del mes­tizaje no han querido, pasa­dos los años, ser considerados guaraníes sino paraguayos. Pero conservaron la lengua materna”, explica a la AFP el antropólogo José Zanardini.

El idioma guaraní es hablado por casi el 90% de los habitan­tes y, declarado como lengua oficial desde 1992, se enseña en todas las escuelas. Pero sobre la falta de debate en torno a la situación de los pueblos indí­genas, Zanardini asevera que “se ha querido invisibilizarlos, borrarlos del mapa. Son con­siderados un estorbo porque reclaman sus tierras”. Según este experto, en los últimos 15 años se detuvo el proceso de restitución de territorios a las comunidades indígenas des­pojadas desde mediados del siglo XIX. “Las mismas tierras que se habían titulado para los pueblos indígenas se vendie­ron después a privados, estan­cieros y plantadores de soja”, dice en referencia a la agroin­dustria, el motor de la econo­mía de este país.

IDIOMA VIVO EN LAS ESCUELAS

“Che Paraguay rasaharã, ndaiporichéne mamove” (no debe haber nada en el mundo mejor que Paraguay), recita un grupo de adolescentes en el colegio Primero de Marzo, de Asunción. Se trata de su clase de guaraní con la pro­fesora Nilsa Antúnez, que sobre todo les enseña a escri­birlo pues la lengua se habla naturalmente en las casas.

“Solemos hacer investi­gaciones con mis alum­nos para que ellos valoren mucho más el idioma, para que se extienda, para que no muera”, dice esta profesora a la AFP. “En todas las escue­las se está enseñando, y eso es muy importante porque desde pequeños, desde el primer grado, están escri­biendo guaraní. Es funda­mental para que siga vivo nuestro idioma”, añade.

UN IDIOMA ÁGRAFO

El mestizaje de Paraguay se atribuye al conquistador Domingo Martínez de Irala, quien reconoció a muchos hijos tenidos con mujeres indí­genas y promovió entre sus compañeros el matrimonio con las aborígenes como un modo de mantener la paz en esos territorios. “La población paraguaya fue consecuencia de la mezcla entre los conquis­tadores o colonizadores y los indígenas nativos guaraníes.

Esa mezcla fue depurando, fue decantándose, pero nos convirtió a los paraguayos en gente profundamente apegada a su identidad. Y en esa identidad jugó un papel muy importante la lengua guaraní”, explica el historiador Jorge Rubiani. “El guaraní era un idioma ágrafo, no tenía literatura, era solamente de trans­misión oral. Esas son las razones de la persistencia del guaraní. Es como si un árbol, una especie vegetal, haya sobrevivido porque simplemente no le hicimos caso. Estuvo ahí y fue repro­duciéndose a través de sus mecanismos naturales”, refiere este historiador.

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