Ciudad del Este. Agencia regional.

El sacerdote Fulgencio Ferreira, de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, del barrio Ciudad Nueva, de la capital de Alto Paraná, recordó en esta Semana Santa de la necesidad urgente de una clínica de desintoxicación integral para adictos a las drogas en el este del país, porque la situación se vuelve insostenible.

Instó a los políticos a que reflexionen y proyecten políticas públicas que incluyan el tratamiento, en serio, de las personas adictas a las drogas porque, de lo contrario, “muy pronto tendremos un país de zombis y con peajes sociales muy terribles para la población”, según refirió el sacerdote Fulgencio Ferreira, en diálogo con La Nación/Nación Media.

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La Pastoral de Prevención, Espiritualidad y Tratamiento (Papetra) de Ciudad del Este, de la cual es parte el sacerdote Fulgencio Ferreira, viene trabajando hace muchos años en la atención a personas adictas y dirige la Clínica de Desintoxicación Programada que se maneja con personal de Salud Pública, pero insuficiente para toda la demanda y, además, no cuenta con internación. La clínica está en el barrio San José de Ciudad del Este.

Ferreira viene clamando para que funcione el pabellón de internados que está edificado en el mismo predio de la Clínica de Desintoxicación Programada, pero no es utilizado porque no hay recursos para contratación de personal y más insumos. La atención se limita hasta ahora solo a consultas y los tratamientos en forma ambulatoria, explicó el sacerdote.

“No se trata solo de medicamentos apropiados para una desintoxicación, sino también las necesarias para las enfermedades asociadas como las hepatitis B y C, el VIH y otras derivadas, en personas que llevan años consumiendo todo tipo de drogas”, dijo el sacerdote.

Agrega que la internación clínica es absolutamente necesaria para poder hacer un trabajo integral de atención, porque solo con consultas de lunes a viernes de 7:00 a 15:00, se complica mucho avanzar en el tratamiento con resultados favorables, en la gran cantidad de casos crónicos que se presentan al Centro de Desintoxicación Programada.

“El pabellón sin uso hoy, existente en el centro, tiene capacidad para diez pacientes internados y sí se puede hacer funcionar con capacidad ampliada de internación, quizás 20 o 30; es muy necesario y urgente, porque la situación es muy delicada”, explicó el párroco Fulgencio Ferreira, quien lleva 13 años luchando por una clínica hospitalaria para adictos.

Afirma que no pierde la esperanza de poder tener un mayor respaldo del Ministerio de Salud al que le solicitó, tras la pandemia, que parte de esos recursos humanos contratados para hacer frente al covid-19 puedan cumplir con servicios en la Clínica de Desintoxicación con la internación funcionando, pero las notas no tuvieron respuestas.

GRUPOS DE NARCÓTICOS ANÓNIMOS

La prevención es parte de la tarea del sacerdote Fulgencio Ferreira en su lucha contra las adicciones. En la parroquia Sagrado Corazón de Jesús cuentan con cuatro grupos de narcóticos anónimos dirigidos por personas rehabilitadas, con siete años de sobriedad, que son aquellas personas que dejaron las adicciones y también se mantienen sin reacciones violentas. El párroco dijo que en la pascua juvenil reflexionan sobre las adicciones, junto a los padres.

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