Los gases que emiten los caños de escape de los vehículos diésel son carcinógenos para el ser humano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), recordó el doctor y alergista Juan Carlos Sisul en comunicación con La Nación/Nación Media. Asimismo, manifestó que hay una alta preocupación por los daños que ocasiona la polución ambiental a las personas, en especial a los niños, a personas de tercera edad y embarazadas.

El profesional explicó que son varios los factores a tener en cuenta para luchar contra esta realidad. Uno de ellos es mediante la vigente ley del control de emisiones de vehículos usados a ser importados (5211/14). Esta reglamentación fue impulsada por el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades). Es decir, que fue creada en el 2014, pero reglamentada en el 2019.

Entre los componentes principales que hacen a la contaminación, Sisul mencionó que se destaca el producto de la combustión del azufre del diésel, en especial por su tamaño. Agregó que como son partículas finas PM2,5 que penetran profundamente en los conductos pulmonares, esto daña directamente a las personas que transitan con las ventanas abiertas, sobre todo a los motociclistas.

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“Este aire sumamente contaminado, con el tiempo, va a producir enfermedades respiratorias crónicas en personas jóvenes. Además, hay mujeres embarazadas que viven cerca de alguna red vial con mucho tráfico, dañando al bebé en gestación, lo que contrae partos prematuros y causa asma desde temprana edad”, puntualizó.

En ese marco, sostuvo la importancia de la ley del Mades porque prevé proteger al ciudadano peatón, a quienes realizan actividades deportivas al aire libre, a quienes acuden a sus trabajos en bicicletas y a los motociclistas de contar con una mejor calidad del aire. Al mismo tiempo, detalló que la mala calidad ambiental puede empeorar los cuadros de hipertensión y diabetes; además, causar infartos miocárdicos y ACV.

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