Pobladores del barrio Santa Ana de la ciudad de Asunción denunciaron que son constantemente víctimas de los delincuentes, por lo que decidieron crear una comisión e instalaron cámaras que podrían ayudar a identificar a los malvivientes, pero estas también fueron robadas. Afirman que la Policía Nacional no les toma sus denuncias y además nunca acude ante los llamados de auxilio.

Lo triste del caso es que desde hace dos años están viviendo ante esta ola de robos y asaltos contra los vecinos, por lo que decidieron crear la comisión con la intención de reunir dinero y mejorar el sistema de seguridad de la zona. “Mandamos instalar las cámaras para nuestra seguridad e identificar a los delincuentes, pero en el tercer día que instalamos fueron robadas”, detalló Graciela Caballero, vecina de la zona a C9N.

Resaltó que las cámaras fueron instaladas en un callejón donde se suelen reunir los malvivientes, lo que los molestó y decidieron llevarse los artefactos. “En esta zona ellos llaman a los conductores de plataformas y los asaltan. Siempre están armados y también roban a los que pasan por la zona”, señaló.

Aseguró que la misma situación pasaron hace un año cuando instalaron las primeras cámaras en la zona y que en esa oportunidad también fueron robadas por los malvivientes. “Hicimos la denuncia ante la comisaría jurisdiccional y la Fiscalía, pero nadie nos hace caso. Ellos se la ingenian para llevarse las cámaras, trepan las casas, poste de la Ande, usan palos y en algunos casos hasta arma de fuego para dejar fuera de funcionamiento”, detallaron.

Los vecinos manifestaron que están cansados de los malvivientes que no son vecinos y que cuando llegan los agentes se refugian en una de las viviendas, lo malo de la situación es que amenazan a los residentes, que deben vivir encerrados mientras los delincuentes andan libres y tranquilos por las calles.

“Vivimos amenazados, nos tiran cualquier cosa en el patio y al final no podemos andar ni en el patio de nuestras casas. A partir de las 18:00 tenemos que estar todos encerrados, llamamos al 911 y nunca vienen, vivimos desprotegidos, nadie nos ampara. Los malvivientes se burlan de nosotros, se ríen en nuestras caras”, dijo Liz Jara.

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