El cardenal Adalberto Martínez Flores, oriundo e hijo dilecto de la ciudad de Asunción, llegó a la Catedral Metropolitana de Asunción puntualmente a las 8:00. Desde su creación en 1539, siendo la primera de la Diócesis del Río de la Plata, la Catedral de Asunción recibe a su primer cardenal del Paraguay con una importante cantidad de fieles, que incluso soltaron lágrimas de emoción al verlo llegar, sobre todo las monjas y personas consagradas a la Iglesia católica.
Su eminencia tampoco se guardó su emoción, bendijo a las personas que se acercaban a él y mostraba gestos de estar sumamente sorprendido por toda la movilización que se realizó en su honor. En la parte frontal de la explanada de Asunción se sentó el cardenal Martínez Flores junto a varios obispos y religiosos cercanos a él.
“Yo no sería obispo sin el apoyo, la fortaleza y la enseñanza del colegio de obispos del Paraguay, del colegio episcopal, muchas gracias a los obispos presentes. Muchas gracias a Cintia Martínez por sus palabras, en este año de laicado es muy significativo que los laicos tomen el protagonismo necesario para seguir sembrando la buena semilla del evangelio”, indicó durante el acto de recibimiento.
INTERVENCIÓN CON LA PRENSA
En su intervención con la prensa dio un mensaje contundente, puso mucho énfasis en que ningún niño debe quedarse sin escuela, sin educación en el país, y se deben fortalecer a las familias, no solo aquellas que están compuestas por mamá, papá e hijos, sino también aquellas donde las madres son solteras y jefas de hogar.
“Ningún niño debe quedar sin escuela en Paraguay. Hay muchos niños, adolescentes y jóvenes que están fuera de las aulas, necesitamos también fortalecer la educación de nuestro pueblo y también las familias, realmente las familias son insustituibles para el progreso de un país, para la unificación”, dijo su eminencia al ser consultado cuál era su mensaje para el país.
Martínez aprovechó para dar un fuerte mensaje social, que la Iglesia católica, las organizaciones del Estado y la ciudadanía en general deben fortalecer a las familias y no solo aquellas bien constituidas, sino también a las madres solteras; puso bajo el foco a estas mujeres que generalmente son excluidas de la Iglesia católica por faltar a uno de los sacramentos, que es el matrimonio, e incluso muchas veces por ello tienen trabas para bautizar a sus hijos en la misma Iglesia.
“Realmente me siento muy emocionado con este recibimiento inesperado, como la inesperada gracia de haber recibido del Santo Padre el birrete cardenalicio y los anillos, estar delante de él como un verdadero padre y con una mirada puesta en Paraguay. A parte de decirnos que era un homenaje para el país, me dijo: ‘recuerda, la más gloriosa de América es la mujer paraguaya’. A parte de eso me preguntó también: ‘¿me trajiste la chipa?’, en ese momento no le entregué, no podía cambiar un anillo por la chipa”, dijo entre risas el primer cardenal del Paraguay.
AGRADECIÓ A LOS MEDIOS
El cardenal Adalberto Martínez destacó que gracias a los medios de comunicación se mundializó que Paraguay estuvo 475 años en la espera del nombramiento de un cardenal. Recordó que Francisco le comentó que él ya quería nombrar a cardenales para Paraguay mucho antes desde su visita al país hace siete años, pero no se dieron las circunstancias. El Santo Padre tenía la idea de nombrar no solo a uno, sino a dos cardenales y lo cumplió, ya que Martínez junto a Cristóbal López, español naturalizado paraguayo, se unieron al Colegio Cardenalicio con la bandera de Paraguay.
Con la creación de Adalberto Martínez Flores como primer cardenal del Paraguay, una vez más el país demostró ser mayoritariamente católico, su llegada fue uno de los eventos que más movilizó a la ciudadanía luego de la visita del papa Francisco en el 2015.
Ariotti: “Nombramiento es un hecho histórico”
Destacó que la Catedral, el lugar donde Adalberto Martínez fue bautizado en 1952, sea la sede de la llegada del primer cardenal del Paraguay.
Para monseñor Eliseo Antonio Ariotti, nuncio apostólico de la Santa Sede, el nombramiento honorífico que dio el papa Francisco al compatriota el pasado 27 de agosto en el Vaticano, además de ser un acontecimiento histórico muy importante para el Paraguay, representa también una revalorización al pueblo paraguayo, según dijo durante el acto de bienvenida para el cardenal paraguayo en la Catedral de Asunción, celebrado ayer .
“El nombramiento de monseñor Adalberto Martínez Flores como primer cardenal de la Iglesia católica en Paraguay constituye no solo un hecho histórico, sino también la revalorización de nuestro pueblo y al mismo tiempo es un don del papa Francisco a nuestro querido país, como usted eminencia nos ha contado con su consueta humildad que el Papa dijo que este es un homenaje al Paraguay y no se olviden que la mujer paraguaya es la más gloriosa de América”, indicó Ariotti.
Agradeció la presencia de todos los sacerdotes, obispos, religiosos, diáconos, seminaristas, movimientos y fieles laicos de la Iglesia católica paraguaya que tomó el nombramiento con la debida importancia que se merecía el acontecimiento, acompañando al cardenal en este histórico nombramiento y creación como cardenal.