Cada 22 de agosto se conmemora el Día del Folclore, fecha en la que también se celebra las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo. La plaza de Armas de la ciudad de Encarnación (Itapúa) fue sede ayer de la primera edición del Festival Nacional del Reviro, que contó con el novedoso concurso de Reviro Apo y la feria de ventas “Ñemu guasu”, esta última organizada por la municipalidad local.
El concurso para conocer al mejor hacedor o hacedora del reviro de la Perla del Sur arrancó a las 17:00 de ayer y algunos inscriptos son procedentes de la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Los asistentes del evento regional degustaron el delicioso alimento típico acompañado del tradicional cocido quemado. El festival artístico contó con la actuación del elenco del Centro Municipal de Arte de Encarnación con bailes, canto y ejecución de instrumentos musicales, así también estuvieron presente el ballet Mainumby Saraky y una delegación de 33 artistas del distrito de Pirapó.
El reviro es una comida tradicional a base de solo tres simples ingredientes: harina, sal y agua. La masa frita se pone en una olla y se da vuelta con una espátula hasta cocinarse, con frecuencia, este alimento reemplaza el pan en muchas comidas. A veces, se le agrega un huevo para preparar el llamado reviro con huevo, sin embargo, en la receta original, no había huevo.
En Paraguay conocemos dos versiones del reviro. La más conocida y consumida es la salada ya que en ocasiones el reviro reemplaza al pan acompañando las comidas. Así no es extraño acompañar un reviro con picadito de carne o con huevo frito. En su versión dulce, es consumido principalmente para el desayuno o la merienda acompañado del tradicional cocido quemado.
Son varias las teorías acerca del origen del reviro. Lo cierto es que no es un plato exclusivamente paraguayo, sino autóctono de la región compartida con Argentina y Brasil. El reviro es mayormente conocido y consumido en toda la región este (Alto Paraná) y el sur del Paraguay en la frontera con el norte argentino, y no es extraño que en algunas regiones ni se conozca este plato.
Era muy consumido por los hombres que trabajaban en los yerbales del Sur y los obrajeros de Alto Paraná, más conocidos como los “mensú”.