Monseñor Adalberto Martínez Flores, ayer en el día en que cumplió 71 años, recibió el palio arzobispal de la mano del nuncio monseñor Eliseo Arioti, en una ceremonia realizada en la Catedral Metropolitana de Asunción. El religioso expresó en su homilía su preocupación en favor del saneamiento moral de la nación, así como se encomendó a Chiquitunga, primera beata paraguaya.

Agradeció a todas las personas por su presencia y cercanía espiritual durante la ceremonia y manifestó que se encomienda a las oraciones. “Por favor, recen por mí. Para el fiel cumplimiento de esta misión que la Iglesia pone hoy sobre mis hombros, pido la intercesión de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, la querida Chiquitunga”, concluyó. Durante su homilía, Martínez Flores expresó que en este día tan especial, así como a diario, humildemente recita el Salmo 23: “El Señor es mi pastor, nada me falta. Me hace descansar en verdes praderas…renueva mis fuerzas. El salmo lo hacemos nuestro para recitarlo todos los días de nuestra vida”.

Martínez señaló además que el Señor conoce sus fragilidades y su pequeñez y, sin embargo, le ha ungido con el bálsamo de su gracia para que, junto con el sucesor de Pedro, el papa Francisco, y con sus hermanos obispos, puedan apacentar su rebaño en la Iglesia particular de Asunción que peregrina en el Paraguay.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

EL PALIO

“El palio que recibo como arzobispo metropolitano ha sido tejido con la lana de los corderos que el Papa bendice todos los años en la fiesta de santa Inés, y nos recuerda a los corderos y las ovejas de Cristo, que Él encomendó apacentar a Pedro y que a nosotros nos encarga seguir cuidándolas. Agradezco al papa Francisco que se haya fijado en este servidor para llamarlo a ser pastor de esta porción del pueblo de Dios. Desde esta sede metropolitana de Asunción le expreso una vez más mis sentimientos de fidelidad y de obediencia pidiendo su paternal bendición”, enfatizó.

El palio impuesto es una indumentaria religiosa que conlleva el símbolo de unidad, comunión y caridad que proviene desde Roma, donde el pasado 29 de junio fue entregado a cerca de 44 obispos metropolitanos.

Monseñor Adalberto Martínez agradeció a todas las personas por su presencia y cercanía espiritual durante la ceremonia.

Déjanos tus comentarios en Voiz