Hoy, 9 de julio, se conmemora el Día Nacional del Trasplante, fecha establecida desde el 2016 a través de la Ley N° 5603, que busca reforzar planes, programas y proyectos para promover la donación voluntaria de órganos, tejidos y células con fines de trasplante.

El candidato a trasplante pasa por un largo proceso, desde que su médico tratante determina que es candidato para trasplante. Ese proceso se hace muy largo para los pacientes y a veces muy doloroso por la oposición de los familiares de donar finalmente el órgano.

Hoy compartimos el testimonio de José Teixidó, de 47 años, quien fue diagnosticado con poliquistosis renal (PQR) a los 30 años cuando en un control aparecieron quistes en sus riñones. Se trata de una enfermedad renal genética y hereditaria, que según los médicos tardaría mucho en manifestarse; solo le indicaron controlar el consumo de sodio y mantenerse físicamente saludable.

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José es deportista desde muy joven, es basquetbolista y un apasionado por el ciclismo. Realizaba ejercicios con frecuencia, cuidaba su alimentación, consumía alcohol solo en eventos sociales y no frecuentemente, pero aun así se convirtió en un enfermo renal dialítico con régimen de diálisis de cuatro horas, día de por medio, después de sufrir una hemorragia renal grave en el 2019.

“A finales de julio del 2019 sentí un dolor en el costado y tuve una hemorragia súper grave estando en Estados Unidos, por lo que me traen de urgencia a Paraguay. Llego acá y me quedo 12 días internado, básicamente esos quistes crecieron y empezaron a tener hemorragias. Esa situación casi me lleva, pero me salvé y me quedé con insuficiencia renal, solo un riñón funcionaba, pero poquísimo”, relató Teixidó en comunicación con La Nación-Nación Media.

Desde inicios del 2020 fue dializado, en diciembre de ese mismo año ingresó de urgencia a cirugía y le retiraron uno de los riñones porque ya no funcionaba. Posterior a ello, ya ingresa a la lista de espera para recibir un trasplante, fue convocado en cinco oportunidades, pero recién en la última corrió con mucha suerte y quedó seleccionado.

“Las cuatro veces reboté, volví con mi familia a casa desilusionado, todos lloramos en el camino. Es un proceso emocional fuerte lo que vivís al volver a tu casa sin el trasplante y más cuando la familia del donante cadavérico se niega a hacer la donación. No es suficiente con que quieras donar, no es suficiente con que te anotes como donante en el INAT, también la familia tiene que estar informada y debe respetar el deseo de la persona que decidió ser donante en vida, porque lo que pasa es que no te dan el órgano si ellos se oponen”, recordó.

Agregó que la falta de educación y una cultura con mayor empatía y conocimiento acerca de la donación de órganos hacen que cientos de personas que necesitan un órgano para mejorar su calidad de vida sigan postrados en una cama aguardando no solo al donante, sino que la familia entienda que donar un órgano es un acto de profundo amor, patriotismo y prolongar la vida del ser querido dando vida a otra persona”, manifestó.

“QUINTA VEZ, UN MILAGRO”

“El 27 de enero del 2022 me convocan por quinta vez, me presenté y finalmente quedé para el trasplante en el IPS. Yo soy el segundo paciente sensibilizado del país en ser beneficiado, es un tipo de trasplante que antes no se hacía en Paraguay. Para ser candidato al trasplante te hacen muchísimos análisis que determinan el potencial de rechazo. Mi índice de rechazo potencial era muy alto, pero la Dra. María Gloria Orué Simón es la que manifestó el milagro, excelente profesional porque gracias a su tratamiento pude llegar y con mucha fe”, cuenta José.

Agregó que ni en IPS ni en todo el país se realizaba este tipo de cirugías por el alto riesgo que conlleva para los pacientes, ya que necesitan tener una selección especial para el donante, que también debe ser muy estricto, pero desde el año pasado la previsional encaró este desafío y realizó su primera cirugía y Teixidó es el segundo paciente beneficiado.

“Yo teóricamente no iba a ser candidato, pero a partir de una persona que se realizó y salió bien pude ser seleccionado. Este tipo de trasplante solo se hacía en el extranjero, pero felizmente ahora se hace también acá”, explicó.

José fue deportista desde joven y amante de las motos. Acá con su compañero de equipo y CEO de Honda Paraguay, Ernesto Carrizosa.

LISTA POR COMPATIBILIDAD

De acuerdo a su experiencia, José cuenta que la lista de espera de trasplantes en Paraguay “no es por prioridad, sino por compatibilidad”. Una persona sana que tiene una muerte cerebral a consecuencia de un accidente es un potencial donante y esto es determinado por Lacimet. El primer paso es saber si esa persona es donante, si la familia no se opone, que no tenga ninguna enfermedad infecciosa y determinar con quién es compatible. “Toman una muestra de sangre del potencial donante y como el Laboratorio Central tiene las muestras de todos los candidatos a trasplantes, eligen los 10 más compatibles que tengan sus estudios más actualizados y los convocan. No es por orden de llegada ni por prioridad, es por compatibilidad”.

Teixidó aseguró que al siguiente día del trasplante un paciente trasplantado siente una energía única, se siente totalmente diferente, con ganas de salir a correr, a hacer ejercicios y a vivir plenamente. “Es una vida totalmente diferente la que se siente, comparado al sufrido tiempo de diálisis que uno vivía, arrastrando incluso a toda la familia”, expresó.

El proceso de recuperación tiene su tiempo. “Los primeros 7 días de internación estás aislado, porque como uno es paciente inmunodeprimido estás muy susceptible de que te agarre cualquier enfermedad. En mi caso me tomó una infección hospitalaria y salí de eso a los 12 días. Tenía una alimentación diferente, un protocolo de medicación, que en la tercera semana se complicó por un preinfarto que tuve”.

Tras el trasplante, la infección hospitalaria, el aislamiento, el preinfarto, dio también positivo al covid-19; fue internado por esta causa por 12 días en terapia intermedia, con un tratamiento y medicación especial. Se tuvieron que suspender los medicamentos para la inmunodepresión para salvarle la vida y en ese intento Teixidó podía perder el trasplante. “El médico tuvo que elegir entre salvarme la vida y salvar mi trasplante. Y doy gracias a Dios que me salvé y se salvó mi trasplante, y seguramente por alguna razón sigo vivo”, dijo entre risas.

Aseguró que la vida de la persona que está con un trasplante es una vida casi normal. “Uno puede trabajar, puede manejar, caminar, hacer ejercicios, pero sí cuidar mucho la alimentación, usar tapabocas”, indicó finalmente.

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