Por José Miguel Fernández Zacur, Gran Maestro, Gran Logia Simbólica del Paraguay
La Masonería es una institución filosófica, iniciática, progresista, civilizadora y filantrópica formada por hombres que procuran ser mejores cultivando valores éticos y morales.
La presencia de la Masonería en nuestro país arranca con la Logia naval Conway, que funcionaba en la nave de vapor británica Locust al mando del Comodoro (y Venerable Maestro) Ernest Hotham. Su hermano, Sir Charles Hotham, Caballero Comendador y Capitán de Marina acreditado en Misión Especial para el Río de la Plata, fue quien habiendo arribado a la bahía de Asunción en diciembre de 1852, reconoció la independencia del Paraguay en representación de Su Majestad, la Reina Victoria, el 4 de enero de 1853.
La tradición recoge que por entonces funcionaba también en Asunción una Logia clandestina denominada Pitágoras, cuya Veneratura se atribuye al inmigrante italiano Enrico Tuba.
La Gran Logia Unida de Inglaterra (Gran Logia Madre de las demás, fundada el 24 de junio de 1717) reconoció la autonomía de la Masonería paraguaya el 2 de marzo de 1910 y le asigna una antigüedad que se remonta al año 1869.
En este año ocurrieron los siguientes eventos: 1. El 18 de julio de 1869 se funda la Logia Fe bajo los auspicios del Gran Oriente del Brasil en el Valle de los Benedictinos (separado hasta 1882 del Gran Oriente del Brasil en el Valle de Lavradio), que trabajaba en idioma portugués. 2. El 18 de setiembre de 1869 se funda la Logia Unión Paraguaya Nº 30 bajo los auspicios de la entonces denominada Gran Logia Argentina. Este número “30″ no pertenece a la nómina paraguaya sino a la argentina, sucediendo a la Logia Fraternidad Nº 29 de Goya y antecediendo a la Logia Egalité Nº 31 de Buenos Aires.
Estas dos primeras Logias compartían el alquiler del mismo Templo ubicado en Independencia Nacional y Justicia (hoy General Díaz) por 300 Patacones Fuertes mensuales. La Logia Fe abrió un Capítulo Rosacruz y terminó dividiéndose en otras cuatro que pasaron a denominarse Fe propiamente, Fraternidad Masónica, Asilo de la Virtud y Fede e Laboro. En la misma época se constituyeron en Humaitá las Logias Esperanza, Caridad y Amor a la Virtud. También funcionaba la Logia Cruz en la isla de Cerrito, fundada el 27 de agosto de 1871 en la residencia del Capitán de Fragata José Marques Guimarães y posteriormente trasladada a la base naval de Ladário, en Mato Grosso do Sul.
Todas estas células quedaron huérfanas en 1876 cuando las fuerzas aliadas abandonaron el territorio nacional.
Se dio paso así a una segunda época de la Orden en Paraguay (vigente hasta hoy), inaugurada con las Logias Aurora Nº 66 en 1887 y Sol Naciente Nº 74 en 1892, ambas bajo los auspicios del Gran Oriente del Uruguay. Aquellas, reenumerándose con los ordinales 1 y 2, constituyeron un nuevo “Gran Oriente del Paraguay” junto con las Logias Federico el Grande Nº 3, Libertad Nº 4 y Universo Nº 5.
Los estatutos civiles del Gran Oriente del Paraguay fueron aprobados el 12 de junio de 1895, fecha en la que se recuerda el Día del Masón Paraguayo por Decreto de la Gran Maestría Nº 3/90 del 10 de mayo de 1990.
La Carta Patente de la Masonería Simbólica (los tres primeros grados: Aprendiz, Compañero y Maestro) en Paraguay fue conferida por la hoy Gran Logia de la Masonería del Uruguay el 3 de enero de 1896.
Las Logias jurisdiccionadas bajo el Gran Oriente del Paraguay conformaron la Gran Logia Simbólica del Paraguay en Tenida Magna realizada el 13 de mayo de 1923.
En noviembre del año 2005, la Masonería Simbólica paraguaya sufrió un cisma. La comunidad masónica internacional reconoce con amplia mayoría a la línea que preside el infrascrito como la continuadora del tronco histórico en Paraguay luego de la escisión.
No obstante, la Gran Logia Simbólica del Paraguay se encuentra promoviendo la reunificación en su jurisdicción territorial. Los Masones no podemos resolver nuestras diferencias desde la disociación, contribuyendo a la ilusión maniqueista de los opuestos irreconciliables.