Por Lourdes Pintos, lourdes.pintos@nacionmedia.com.py
Permítanme narrarles una historia, la de la mariposa y el ángel; no es un cuento, es real. En este relato, las dos pequeñas protagonistas aparecen unidas por un lazo en común, pero en distintas partes del mundo. La mariposa reside en una ciudad llamada Chiclayo, de la costa norte peruana; el ángel pertenece a la parcialidad indígena mbya guaraní, es oriundo de la localidad de Curuguaty, Paraguay, pero con apenas doce años las circunstancias de la vida hicieron que deambulara por las distintas calles y avenidas de Asunción.
Hasta el mes de febrero del 2020 nadie sabía de su existencia, sus pies descalzos cubiertos de lodo se perdían entre los presurosos pasos de transeúntes. Sus pequeñas manos extendidas pidiendo quizás unas monedas eran ignoradas y la esperanza de saciar el hambre con un plato de comida se alejaba cada vez más.
Solo quedaba la resignación de dormir con el estómago vacío en una fría esquina sobre una improvisada cama hecha con cartón. Ya con sus ojitos cerrados, imaginaba que estaba frente a un delicioso estofado o quizás unas ricas galletitas con chocolatada, el aroma era tan real que hacía olvidar el hambre, ella solo inhalaba y soñaba; en unos minutos, el ángel volaba en un mundo irreal.
Por su parte, con apenas tres añitos de vida, el mundo habla de la mariposa. Hace solo un par de meses nadie sabía de su existencia. Ella jugaba a las muñecas, tenía el amor de sus padres, el cariño de sus seres queridos. A diferencia del ángel, dormía en una calentita y acogedora cama, por supuesto, después de haber cenado. Sus pequeñas manos solo se extendían para pedir la bendición a su madre, que con una sonrisa y un beso en la frente velaba por que su pequeña mariposa tuviera los más dulces sueños.
¡Ay, mi ángel bello! Absolutamente nadie dimensionaba lo que la crueldad de un ser humano podría llegar a causar. Fue un lunes 24 de febrero del 2020 cuando todos los medios de comunicación de Paraguay daban la noticia de un macabro hallazgo en inmediaciones de la Terminal de Ómnibus de Asunción, era ella, el ángel.
En una de sus tantas noches deambulando por las calles, unos seres despiadados la sometieron a sus más bajos instintos, destrozaron sus sueños, cortaron sus alas, sus ilusiones y los metieron en una mochila que abandonaron en un patio baldío, al lado de un corral de gallinas. Los vecinos, alarmados por ladridos de los perros y el fuerte olor, hallaron el bolso con los restos de la pequeña. Hoy su recuerdo está inmortalizado en un pequeño nicho construido por los lugareños.
¡Ay, mi pequeña mariposa! Fue el pasado 12 de abril cuando sus padres la reportaron como desaparecida. Al día siguiente, autoridades policiales detuvieron a Juan Antonio Enríquez García, de 48 años, quien confesó haberla raptado y al igual que lo sucedido con el ángel, la sometió a sus más bajos deseos carnales. Tirada en el piso, envuelta en una sábana, sin dimensionar lo que había sucedido, la mariposa fue rescatada por los agentes y trasladada hasta un hospital. Hoy se recupera rodeada de amor y aguarda el momento para nuevamente abrir sus alas y volar hacia la felicidad.
DÍA NACIONAL
Hoy, martes 31 de mayo, el país conmemora el Día Nacional Contra el Abuso y la Explotación Sexual de Niños y Adolescentes del Paraguay. Un día como este, pero del 2004, al pie del cerro Yaguarón fue hallado el cuerpo de Felicita Estigarribia ¡Quién no recuerda a la niña de las mandarinas! Que con tan solo 11 años fue abusada y estrangulada por su asesino, Fredy Antonio Florenciano Brítez, quien 18 años después continúa prófugo de la Justicia.
Actualmente existen muchas “Felicita”, la violencia sexual no solo ocurre en las calles, también sucede en los hogares e incluso en los colegios. Un claro ejemplo es lo sucedido hace unas semanas en una institución educativa de Lambaré, hecho que derivó en muchas otras denuncias de la misma índole y que siguen siendo investigadas.
EN AMÉRICA LATINA
Así como en Paraguay, en muchos países latinoamericanos los derechos de la niñez son vulnerados; sin embargo, aunque hay formas de violencia más frecuentes que el abuso sexual, esto se da debido a la falta de registro de cifras en muchos de estos países.
Según el informe “Violencia contra niños, niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe 2015-2021″, elaborado por Unicef, “la violencia sexual también es prevalente, con una prevalencia promedio estimada del 14% para niñas y niños, y un rango mucho más pequeño en los estudios con datos comparables de 23 puntos porcentuales”.
El material señala además que, entre los tipos de violencia, la sexual es la menos medida en las encuestas de los países de la región. Como lo mencionamos, muchos países no tienen datos actualizados sobre este punto.
Entre las cifras a las que pudimos acceder se encuentra la publicada por Unicef y el Programa de las Víctimas contra las Violencias, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, de Argentina, específicamente en la serie de publicaciones “Violencia contra niñas, niños y adolescentes: un análisis de los datos del Programa de las Víctimas contra las Violencias 2020-2021″.
Esta señala que, entre octubre del 2020 y setiembre del 2021, se registraron 9.989 víctimas de violencia familiar y/o sexual; de este número, 3.219 son niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual. En tanto que, de acuerdo a datos proporcionados por el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, en el 2019 más de 19.000 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de agresión o explotación sexual.
Otro de los datos no menos importantes fue publicado por la Defensoría del Pueblo del Estado Plurinacional de Bolivia, en su informe “Las niñas y los adolescentes: derechos invisibilizados y vulnerados”. Este señala que “el 28 de marzo del 2012, durante la 144ª sesión de audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se presentó el tema ‘Denuncias de la violencia sexual contra niñas adolescentes en Bolivia’” y varias organizaciones presentaron sus investigaciones en las que señalaron que las niñas y adolescentes sufren agresión sexual en elevadas tasas.
Los datos señalan que el 34% de las niñas y el 23% de los niños de Bolivia fueron sexualmente agredidos antes de cumplir los 18 años. El 43,9% de las niñas adolescentes entre 15 y 19 años fue víctima de violencia física, el 11,1% fue víctima de violencia sexual por parte de su pareja y el 48,7% fue víctima de agresión emocional.
SIETE VÍCTIMAS DIARIAS EN PARAGUAY
En Paraguay, según registro del Ministerio Público, en el 2019 fueron recepcionadas 3.284 denuncias por abuso sexual; en tanto que en el 2020 fueron recibidos 2.672 casos; en el 2021, 2.957; mientras que hasta abril del 2022 ya se recibieron 885 denuncias, equivalentes a 7 casos de abuso sexual en niños, niñas y adolescentes por día.
En contrapartida, según informes de la Corte Suprema de Justicia, en el 2019 se dieron 278 condenas por abuso sexual; en el 2020 fueron 250; en el 2021, 352, y en lo que va de este 2022 son 79 las condenas por abuso sexual, equivalentes a una condena al día, mínimamente. Hay que mencionar que los datos, tanto del Ministerio Público como de la Corte, no están relacionados unos con otros, ya que las condenas pueden dictarse incluso años después de haberse efectuado la denuncia o la acusación de la Fiscalía.
LAS NIÑAS: LAS MÁS VULNERABLES
Informes proporcionados desde la Policía Nacional visualizan que son las niñas las más expuestas al abuso sexual; sin embargo, aunque en menor cantidad, también los niños son víctimas. En el 2019 se formularon 497 denuncias de niñas abusadas y 54 de varones. En el 2020 fueron 222 y 15 los casos, en tanto que en el 2021 se dieron 489 y 40, respectivamente, mientras que en lo que va del 2022 son 65 niñas y 11 niños las víctimas de abuso sexual.
Proponen entablar un diálogo amplio
Prevenir violencia sexual en la familia, en las escuelas, en internet, cruza con un cambio cultural, indica Juan Pérez.
Desde México, Juan Martín Pérez García, coordinador regional de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y El Caribe, una articulación que acompaña a 26 coaliciones en 20 países, manifestó en entrevista con La Nación/Nación Media que la violencia sexual sigue ocurriendo fundamentalmente en el espacio privado, en las casas o en los lugares de protección, pero tiene una vertiente cada vez más visible en las redes sociales, lo que hace que como institución insistan en que se trata de una realidad y no funciona en lo absoluto prohibir el acceso o negarlo.
“Hay que reconocer que los niños, niñas y adolescentes de este milenio claramente ya no pueden ser educados y acompañados con métodos del siglo pasado. No solamente porque son hijos e hijas de la convención, los niños y niñas tienen más acceso a internet y más acceso a información, pero muchos de esos temas emergentes para el mundo adulto no han tenido una respuesta o un correlativo en la política pública, lo que significa tristemente que queden en desventaja”, sostuvo.
Aclaró que desde Tejiendo Redes, entre varios objetivos trabajan en mejorar distintos aspectos de las políticas públicas.
“En el 2015, junto con el Consejo de DDHH de Naciones Unidas se concluyó después de todo el análisis global que era mejor tener más acceso a internet, pero en paralelo se necesitaba más protección y esto amerita Estado, instituciones, cambios culturales y muy importante es el diálogo intergeneracional. Prevenir violencia sexual en la familia, en las escuelas, en internet, cruza con un cambio cultural, diálogos y una acción de Estados”, dijo.
Minna apunta a importancia de denunciar
En Paraguay, los derechos de niños, niñas y adolescentes están respaldados por la Ley Nº 1.680 / Código de la Niñez y la Adolescencia y es el Ministerio de la Niñez el encargado de velar por su cumplimiento. La ministra de la Niñez, Teresa Martínez, en contacto con La Nación/ Nación Media manifestó que desde la institución a su cargo, a fin de erradicar el abuso sexual infantil, realizan distintas campañas.
“Tenemos acciones específicas de manera comunitaria, con las comisiones vecinales y en los colegios. Este año nuevamente desde que volvieron las clases presenciales estamos con muchísimos pedidos para charlas, concienciación sobre lo que es la violencia, incluida la violencia sexual”, comentó. Dijo, además, que el propósito del ente es promover la prevención, por lo tanto, trabajan muy de cerca con instituciones como la Codeni, el Ministerio de Salud, entre otras, y buscan llegar a los adultos, atendiendo que el mayor porcentaje de los abusos es perpetrado por una persona mayor de edad y en muchos casos en el entorno familiar.
“Esa es la diferencia entre Latinoamérica y los países anglosajones porque en los países más desarrollados vemos violadores seriales que están fuera del contexto familiar, pero en los países de la región se da en el entorno de los niños”, explicó.
La ministra reiteró que existen distintoscanalesparadenunciar todo tipo de vulneración de derechos de los niños, niñas y adolescenteseinstóalaciudadaníaano callar una situación como esta. Ante cualquier sospecha, se debe contactar a la línea gratuita 147 Fono Ayuda. El 911 también es otra opción, así como el Ministerio Público, la Codeni o la comisaría más cercana.