Según la abogada Diana Vargas, experta en Derechos Humanos, no es una novedad que surjan denuncias de abuso y tortura en establecimientos militares, sino más bien ya se convirtió en un hecho cíclico y forma parte de la cultura institucional. Aseguró a la 800 AM que por el ambiente de tensión que se creó tras haberse divulgado el caso, difícilmente los cadetes puedan animarse a aportar más datos sobre las irregularidades que hayan pasado con sus instructores.

La profesional considera que las denuncias surgidas desde la Academia Militar Mariscal Francisco Solano López (Academil) por parte de familiares de cadetes quedarán una vez más sin ser esclarecidas y en la impunidad. “Paraguay no es como cualquier país donde este tipo de hechos son un escándalo, ruedan cabezas y hay grandes investigaciones. No, aquí por el contrario quedan en la impunidad. Entonces, como sociedad tenemos todavía un problema, nuestro problema es con la democracia”, declaró. A criterio de Vargas, las visitas de legisladores y de representantes de organismos de defensa de derechos humanos tampoco aportan mucho para evitar que se repitan experiencias de esta naturaleza en las unidades militares.

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