Monseñor Adalberto Martínez asumió ayer oficialmente como nuevo arzobispo de Asunción. Se trata del sép­timo monseñor en ocupar la máxima autoridad dentro de la Iglesia Católica en Para­guay y lo hace en reemplazo de Edmundo Valenzuela, quien deja el puesto luego de terminar la prórroga otor­gada por el papa Francisco.

Con una solemne misa y en medio de aplausos, monse­ñor Martínez fue recibido por el administrador de la igle­sia, monseñor Valenzuela, todos los obispos de Para­guay, algunas autoridades y la feligresía católica, quienes lo acompañaron durante la misa de asunción al cargo. De esta forma, se convirtió en la máxima autoridad de la Iglesia Católica de todo el país, así como de la Catedral Metropolitana de Asunción.

Al final de la misa y la ceremonia de toma de posesión, el nuevo arzobispo de Asunción, junto al nuncio Eliseo Ariotti y todos los obispos del Paraguay.FOTO:PÁNFILO LEGUIZAMÓN

“Damos la bienvenida arzo­bispal y el saludo fraterno al nuevo arzobispo metropoli­tano, monseñor Adalberto Martínez, a quien entrego hoy el gobierno de esta igle­sia arquidiocesana de la San­tísima Asunción. Deseándole toda la bendición de Dios y de la madre mujer gloriosa del cielo, Nuestra Señora de la Asunción”, fueron las pala­bras de Valenzuela al inicio de la ceremonia. Por su parte, el nuncio apostólico monseñor Eliseo Ariotti, en representa­ción del papa Francisco, hizo lectura del documento que proclama como nuevo arzo­bispo de la Catedral Metro­politana de Asunción a Mar­tínez desde el Vaticano por parte de la máxima autori­dad, el papa Francisco.

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MENSAJE

Tras la realización de la cere­monia de toma de posición y la misa en la Catedral Metro­politana, el nuevo arzobispo agradeció a todos los que lo acompañaron durante estos 10 años de evangelización en Paraguay, en especial a sus hermanos sacerdotes, reli­giosas, religiosos, su fami­lia y la comunidad en gene­ral. Señaló en su mensaje que la Iglesia tiene “la misión urgente de iluminar con el Evangelio las sombras y los pecados sociales que amena­zan la vida del pueblo”.

Indicó que Asunción, como capital de la República, sede de los poderes del Estado y de las principales instituciones públicas, es la caja de reso­nancia donde tiene eco toda la vida del país y es el lugar donde se sienten y se visuali­zan los grandes y graves pro­blemas sociales, políticos y económicos. “Se ciernen en el horizonte negros nubarro­nes de inestabilidad política y social como consecuencia de la inequidad estructural y el grave deterioro de las condi­ciones de vida de los sectores más vulnerables y de la propia clase media”.

Agregó que la situación actual se debe a la falta de políticas públicas de bien común, así como a la corrupción e impu­nidad y, en parte, debido a fac­tores climáticos que produje­ron una prolongada sequía y que tendrá serias repercusio­nes en lo social y económico en el corto y mediano plazo.

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