Son dos urnas las que llegaron al país. Las mismas fueron diseñadas por las Carmelitas Descalzas de Asunción con la ayuda de la arquitecta María José Chamorro. Están inspiradas en los claustros del monasterio, cada arco contiene una escena de la vida de Chiquitunga adornada con sus característicos jazmines.
“Se elaboraron dos urnas, una de ellas contiene los restos de la beata, que quedará en el Oratorio de las Carmelitas Descalzas de Asunción, Paraguay, para la veneración de los fieles, y la otra será la urna peregrina y recorrerá el territorio paraguayo, tratando de cumplir el deseo de Chiquitunga de visitar los rincones más apartados del Paraguay, así lo expresaba en una carta”, habían comunicado las Carmelitas Descalzas.
En un arco se tiene a Chiquitunga en el momento de su muerte, en otro arco ayudando a niños y ancianos, orando, vestida de carmelita descalza, y la imagen de una custodia, que caracteriza su devoción a Jesús Sacramentado; también aparece de pequeña en compañía con sus padres, en otro arco la Virgen de Caacupé, y también una representación con su amigo del alma Sauá. En la tapa está colocado el escudo de la Orden de las Carmelitas Descalzas con la frase de Chiquitunga: “Lo que pido es amor para amar”, entre otros detalles. Esto en la urna grande y en la urna peregrina con algunas variantes.
Con respecto a la urna peregrina, estará acompañada por los Padres Carmelitas Descalzos de Paraguay, donde quiera que vaya, quienes serán los responsables. Igualmente, buscan ofrecer una hermosa oportunidad a los devotos y fieles en general que no puedan acercarse al Oratorio de Chiquitunga a recibir sus reliquias en sus respectivas parroquias, así como hospitales, colegios, etc.