La Cámara de la Industria Química Farmacéutica del Paraguay (Cifarma) aguarda la confirmación de la Cancillería, así como los requerimientos técnicos de los elaboradores para empezar a fraccionar las vacunas anticovid-19 de origen ruso, Sputnik V.
“Solamente capital privado, el Estado estaría intermediando y la negociación se hace a nivel privado. El sector privado trabajará en proveer las vacunas al Estado y si hay un remanente negociar la venta en la región. Nosotros estamos en un lugar privilegiado respecto a los contactos y eso podemos ver en el futuro”, indicó Gerardo García, presidente de Cifarma, en comunicación con el canal GEN.
La industria nacional tiene capacidad instalada para fraccionar los biológicos a pedido del Ministerio de Salud Pública. En este caso es el Laboratorio Lasca la empresa con capacidad de producirlos porque tiene su propia planta de biológicos, por lo que puede fraccionarlos para agilizar la logística y asegurar el stock en Paraguay, explicó García. “Estamos pendientes a la contestación de la Cancillería, porque el pedido nació en la Cancillería, este le pidió al ministerio y el ministerio nos pidió a nosotros. Estamos en la espera de un contacto directo de tal forma a que podamos tener las condiciones que exigirían los elaboradores y creadores de Sputnik V para llevar adelante la producción”, añadió.
La capacidad de producción de dosis estimada es de 500.000 al mes, pero depende de una buena logística, especialmente la que se refiere a los frascos. En ese sentido, es fundamental contar a nivel nacional con todos los requerimientos que exigen los elaboradores.
García agregó que aparte de negociar la producción de las vacunas rusas, también se está viendo la posibilidad para fraccionar las vacunas que se están preparando en Taiwán. Las mismas se encuentran en la fase tres de creación y se prevé que para junio terminen los ensayos y para julio estén a disposición para la venta.
A principios de febrero, la revista científica británica The Lancet publicó los resultados provisionales de la tercera fase del ensayo clínico de la vacuna rusa, que confirmaron una seguridad y eficacia del 91,6%. La vacuna está aprobada en más de 60 países de Europa, Asia, África y América, entre ellos Argentina, Bolivia, México y Venezuela.