Monseñor Edmundo Valenzuela llevó el sacramento de la unción de los enfermos, días pasados, a José Daniel Zaván Vaccari, el joven sobreviviente del accidente aéreo ocurrido en el mes de febrero. En su visita, se sorprendió gratamente de cómo encontró a Zaván, con el rostro, la sonrisa y los dientes intactos tras una tragedia de tal magnitud donde lamentablemente fallecieron siete de los ocupantes, y con esto asegura que su vida es una obra de Dios, un milagro.
“Admiro la obra de Dios realizada en este joven. Porque hubo un avión que venía a una velocidad de 200 km o más, cae en tierra, aumenta la velocidad, luego explota y se incendia. Esto, para mí, es obra de Dios y es un milagro, en cuanto que no entendemos cómo pudo sobrevivir una persona con ese impacto espantoso”, manifestó monseñor Valenzuela en comunicación con La Nación.
“Uno de los doctores que lo atendió afirmaba que no tiene explicación que sobreviva alguien con un impacto semejante, allí admiro la obra de Dios”, expresó. Para el sacerdote, las manos sanadoras de los médicos tratantes también tuvieron gran protagonismo en la salvación y recuperación de José. Para el arzobispo de Asunción vale la pena resaltar lo sucedido con Zaván y su madre, ya que los pronósticos médicos eran muy inciertos al principio porque decían que si sobrevivía, viviría de forma vegetativa. Sin embargo, no fue así; pese al daño que sufrió parte del cerebro derecho del joven, está lúcido, con el rostro intacto.
Valenzuela informó que en estos momentos se están recogiendo todos los datos médicos en torno al accidente que servirán como fundamentación médica para proponer este hecho como un milagro por intercesión de la beata Chiquitunga. Se tendrán en cuenta los testimonios de los médicos sobre lo que pasó. “Esto humanamente es incomprensible, científicamente tampoco entendemos lo que pasó. Se están elaborando estos documentos y una vez que tengamos todo, lo enviaremos a la Congregación de las Causas de los Santos para que reestudien todo lo que dicen nuestros médicos”, anunció.