PEDRO JUAN CABALLERO. ÉMERSON DUTRA, CORRESPONSAL.

“Viejo, enfermo y perseguido por criminales”, se entregó ayer Fahd Jamil Georges (79), considerado por la Policía como “el padrino”, y las autoridades policiales brasileñas inmediatamente lo trasladaron a una cárcel. Su detención se registró en el aeropuerto Santa María, a pocos kilómetros de la ciudad brasileña de Campo Grande, donde llegó a bordo de una aeronave en compañía de uno de sus hijos, según se informó.

Una fuerte dotación de la unidad especializada de represión a robos a bancos, asaltos y secuestros (Garras), portando armas de grueso calibre, lo esperaba para ponerlo a disposición de la Justicia local.

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“Su entrega se dio gracias a una negociación del grupo policial Garras”, reveló Antonio Carlos Videira, secretario de seguridad pública del estado de Mato Grosso do Sul. Según su abogado defensor, Gustavo Vadaro, el considerado “rey de la frontera” se encuentra con graves problemas de salud, situación que lo obligó a entregarse a las autoridades policiales. “Hoy mismo solicitaré su prisión domiciliaria porque sufre de enfisema pulmonar”, afirmó.

Datos revelan que la investigación “Omertá” apunta a la ciudad fronteriza de Ponta Porã, frontera con Pedro Juan Caballero, como la base de una poderosa organización criminal que actuaba en el estado de Mato Grosso do Sul y que contaba, inclusive, con una milicia armada de asesinos profesionales a su entera disposición.

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