Durante el verano la exposición al sol es mayor y, además, por tendencias de moda, algunas personas optan por acceder a procesos para “broncear” la piel por medios artificiales, como camas o duchas solares. En este sentido, especialistas de la Cátedra y Servicio de Dermatología del Hospital de Clínicas no recomiendan el uso de estos procedimientos y recalcan la importancia del uso correcto de protectores solares a fin de evitar quemaduras o lesiones en la piel.

Dermatológicamente, los especialistas coinciden en que la piel bronceada de manera artificial no es recomendable, pero si las condiciones no permiten estar alejados del sol, lo más aconsejable es protegerse de manera adecuada. Indican que por lo general hay que evitar exponerse directamente al sol entre las 10:00 y las 16:00, pues durante este tiempo los rayos solares son más fuertes, pudiendo ocasionar daños directos y/o de forma acumulativa. Al respecto, la Dra. Ana Rivas, jefa de Residentes de la Cátedra de Dermatología del hospital, explicó que la aplicación de protectores solares, sean estos en cremas, spray u otras presentaciones, ayuda a mantener la piel protegida de los rayos UV.

“Es importante tener en cuenta el factor de protección solar (FPS) de los productos, los cuales deben ser mayores a 30. En caso de los bronceadores, los mismos poseen el FPS bajo, lo cual no brindan protección”, sostuvo. Por su parte, en cuanto a las camas y duchas solares, destacó que estas no son recomendables, ya que al no estar regulados estos tipos de servicios, forman un riesgo mayoritario de generar cáncer de la piel a causa de la cantidad de rayos que emiten. Recordó también que no es bueno el uso de ningún aceite o sustancia que aceleren el bronceado y que en caso de tener una exposición prolongada al sol, el protector se debe aplicar cada 3 horas.

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