En el país persiste una alta contagiosidad comunitaria y los eventos masivos como el de Caacupé podrían multiplicar los casos y la posibilidad de una gran aglomeración de peregrinantes y fieles durante la festividad de la Virgen Serrana genera preocupación en la OPS/OMS, según manifestó el doctor Roberto Escoto, representante de la organización en el país.

Un evento masivo como la festividad de Caacupé se presenta como amplificador de la pandemia por los altos niveles de contagiosidad comunitaria que persiste, sumado a que gran parte de la población padece una enfermedad de base y esto facilita desarrollar las formas graves de la enfermedad. Además de que los niveles de transmisión son altos, en Paraguay uno de cada cinco habitantes tiene alguna enfermedad de base y según Escoto se debe buscar parar o reducir la velocidad de la transmisión del virus en la población. “Un evento masivo como Caacupé se presenta como amplificador de la pandemia”, manifestó.

“Paraguay tiene una población de alto riesgo de generar o producir covid-19 grave y de morir, por la propia característica de la población lo pone en riesgo a desarrollar la forma grave de la enfermedad y al unir con la transmisión comunitaria se podría tener una situación muy compleja y hasta catastrófica”, advirtió en contacto con Radio Nacional.

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Recordó que está demostrado con evidencias que permanecer mucho tiempo en un espacio por más de 15 minutos sin el uso de mascarilla significa un mayor riesgo de contagiosidad de la enfermedad y el incremento de casos como consecuencia.

“La pandemia está con nosotros y el enemigo invisible está alrededor, por ello es fundamental no relajarse ni bajar la guardia, y cumplir con las medidas sanitarias para frenar la contagiosidad”, recomendó el profesional. Hasta el momento, se cuenta con un protocolo sanitario para las festividades; sin embargo, si se da un rebrote de casos en los últimos días de noviembre, las celebraciones presenciales serán suspendidas, anunciaron las autoridades.

“AÚN NO HAY NADA DEFINIDO”

El Dr. Guillermo Sequera, titular de Vigilancia de la Salud, volvió a insistir ayer que la festividad de la Virgen de Caacupé es un evento que tiene sus riesgos, pero que el espíritu tampoco es prohibir todo para controlar la pandemia. El alto funcionario expresó que la festividad religiosa del 8 de diciembre dependerá de las condiciones epidemiológicas y de la capacidad de control que se tenga para el cumplimiento de las medidas. Agregó que aún se está evaluando la situación. “Todavía tenemos un mes para ello”, dijo. Reveló que, si la situación epidemiológica no permite la realización del evento masivo, se procederá a suspender la peregrinación hasta la Basílica. “El obispo Valenzuela entiende esto”, señaló Sequera.El epidemiólogo expresó que, a partir de ahora, "cada domingo de noviembre será un examen para Caacupé. Indicó que si la gente no respeta los protocolos y no hay capacidad de control, será un riesgo para llevar a cabo el encuentro en la Villa Serrana y es lo que definirá el desarrollo de la celebración a la Virgencita Azul. “Si vemos que en las misas previas a Caacupé no se cumplen los protocolos, va a ser un signo de que el 8 de diciembre no vamos a poder controlar. Si las condiciones no están dadas, se va a suspender”, advirtió Guillermo Sequera.

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