Ante el pánico colectivo que ha generado la expansión del virus del covid-19, varias personas han empezado a tomar medicamentos sin receta médica para atender los síntomas de una gripe normal, ingiriendo antibióticos para la “infección” en la garganta. Este panorama no es favorable para la lucha de la resistencia antimicrobiana (RAM) que enfrenta el mundo actualmente.
La OMS ha sido reiterativa con esta situación y enfatiza que no se deben usar antibióticos como medio de prevención o tratamiento del covid-19. Su uso está orientado solo para tratar una infección bacteriana siguiendo las indicaciones de un médico. “La prescripción excesiva o inadecuada de antibióticos en el contexto de la pandemia del covid-19 podría facilitar el desarrollo de bacterias resistentes y reducir la eficacia de futuros tratamientos”, advierte la doctora Viviana de Egea, directora de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, por lo que debe extremarse la prudencia en la utilización de este tipo de medicamento. En definitiva, mejorar el uso de los antibióticos no es solo responsabilidad del paciente, es una prioridad asistencial, en la que es necesario que participen los profesionales.
Aunque el covid-19 es una infección vírica y, por tanto, no se trata ni se previene con antibióticos, hay pacientes diagnosticados en los que existe confirmación o elevada sospecha de coinfección o sobreinfección bacteriana. En estos cuadros clínicos es inevitable considerar la prescripción de tratamiento antibiótico. Actualmente no existe ningún medicamento autorizado para curar el covid-19.