Luego del trágico suceso producido el viernes en que un policía mató en Capiatá a sus dos hijos, sus suegros y su cuñada, saltaron a la luz temas como drogas, salud mental y el control existente en la Policía Nacional. La comisaria María Elena Andrada, jefa de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, habló en el programa A Fondo emitido por Unicanal acerca de las evaluaciones sicológicas que se les hacen. “En honor a la verdad, el primer estudio sicológico que se nos realiza es cuando somos postulantes para ingresar a la institución y posteriormente cada vez que vamos a ascender de un grado a otro”, expresó.

Mencionó que además de las pruebas teóricas y físicas, también son sometidos a nuevas pruebas sicológicas a lo largo de la carrera. “Tenemos cursos obligatorios que tenemos que realizar si tenemos intenciones de seguir escalando. Entonces, para ingresar a estos estudios, también somos sometidos a estudios psicológicos. Ahora, qué es lo que se evalúa, no estoy en condiciones de decir ni aclarar porque desconozco. Eso se tendría que tratar con los profesionales sicólogos. La Policía cuenta con recursos profesionales, pero lastimosamente no se cuenta con la cultura de acudir al psicólogo o psiquiatra”, sostuvo.

EVALUACIÓN DEBE SER ESPECIALIZADA

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Sobre el tema también fue consultado el psicólogo Marcelo Bieber, quien destacó que la evaluación realizada a aspirantes y policías es muy relativa y debe ser más especializada. “Muchas veces en los test de entrevista o en grupo no salen ciertos rasgos. Hay otros test más especializados para este tipo de comportamientos”, expresó el experto en contacto con GEN.

Afirmó que se debe contar con más profesionales y una evaluación más profunda, especialmente en el manejo del estrés. “Son muchos oficiales, unos 25.000, y son pocos los sicólogos que atienden. Se debe hacer un protocolo de prevención para evitar este tipo de episodios”, aseguró.

Ratificó que los traumas que uno padece cuando fue menor repercuten cuando uno es adulto, especialmente los traumas de violencia o abandono en cuanto a lo afectivo. “Predisponen a conducta violenta y a tener ciertos trastornos siquiátricos. Eso predispone a abuso de sustancias, el que consume alcohol puede alucinar y deferir de la realidad”, explicó.

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