Ricardo Riquelme, padre del niño baleado el pasado sábado en la ciudad de Luque por los efectivos de la Policía Nacional, presentó ayer su declaración testifical sobre lo acontecido y exigió justicia. Agregó que su hijo podría pasar ya a una sala estable y que se encuentra en un cuadro mejorable.
“Durante ese momento yo quería encontrar gente que pueda ver lo que estaba pasando y pueda ayudar a mi familia. A mí, que me hagan lo que ellos quieren. Mi príncipe está bien, entre hoy y mañana mi bebé ya estará en una sala estable, mi Lucas está sano, fuerte, cada vez nos sorprende más, sinceramente está evolucionando bien”, comentó.
Riquelme, finalmente, mencionó que no aguardaron la atención en el centro hospitalario de San Pablo, debido a la presencia masiva de personas en el lugar, razón por la cual buscaron trasladarse a la casa de su madre, quien lo ayuda económicamente.
“En cuanto a la motricidad se evaluará después, eso tiene su proceso, pero está bien, mientras hay vida, existe esperanza. Voy a dar una declaración testifical, voy a dejar mi declaración y que se haga justicia, eso es todo lo que pido, porque mi hijo está vivo y es lo importante, porque él es un guerrero. Nosotros estábamos yendo al Hospital San Pablo y vimos mucha gente y decidimos con mi señora no quedarnos por el tema del covid”, dijo durante su ingreso a la Fiscalía.
En el marco de la causa fueron imputados los policías Derlis Sanabria y Juan Amarilla, por tentativa de homicidio, omisión de auxilio y lesión corporal en ejercicio de función pública.