El fiscal Gabriel Segovia investiga el disturbio ocasionado el pasado 20 de mayo por un grupo de 41 personas que estaban cumpliendo cuarentena obligatoria en el albergue de la Escuela de Policía de Coronel Oviedo, en el marco de la pandemia del covid-19.
“Tenemos una lista de personas totalmente identificadas, los nombres no podemos dar, están las personas que están con la enfermedad y del otro grupo que no”, comentó en declaraciones radiales.
El grupo en cuestión ingresó a la Escuela de Policía el pasado 30 de abril y todos ya fueron sometidos a tres pruebas. En la primera, se diagnosticaron a cuatro personas, en la segunda a nueve y ahora se registraron 20 personas infectadas.
La quema de colchones y el motín que le siguió se dieron cuando los que dieron negativo a la prueba fueron informados que deberían permanecer otros 14 días en cuarentena a causa de compartir el espacio con los infectados.
Entonces mientras quemaban los colchones pidieron ser trasladados a un lugar seguro y pidieron que las autoridades hagan algo para evitar el contagio masivo en dicha locación.
“Ya nos realizaron tres pruebas en las que dimos negativo y ahora nos van a hacer la cuarta y seguimos retenidos acá. En este albergue hay muchos contagiados y nosotros podemos ser los próximos. No es justo que nos tengan en un lugar donde corremos gran riesgo de contraer el virus”, reclamaron en la oportunidad.
Denis Figueredo, jefe técnico del Colegio de Policía, dijo que hasta el momento cada caso positivo está siendo aislado en el lugar. “No tienen contacto entre ellos. Desde la región sanitaria están viendo dónde trasladar a los que dieron positivo para posteriormente dar el alta definitiva. Siempre según resultados”, dijo en comunicación con el Canal GEN. “Ahora mismo tratamos de conversar con ellos, pero hay personas que desde el inicio no respetaron el distanciamiento. Explicamos sobre el lavado de manos y uso de tapabocas, pero para nosotros es difícil. Hasta ahora hay grupos que toman tereré entre ellos y no hacen caso a las autoridades. Son todos mayores y conscientes, pero no respetan”, aclaró.